Si está muy bueno es porque engorda. Esto esta es una creencia sobre la comida muy extendida y principalmente se debe a que la mayoría de alimentos que nos producen un placer instantáneo, como los dulces o la llamada fast food, están llenos de azúcares y grasas saturadas que provocan esa sensación de bienestar.
La crema de cacahuete ha sido una de las grandes víctimas de esta creencia durante años. Fue importada desde los Estados Unidos hace algunas décadas, aunque el origen de este alimento está en los antiguos pueblos aztecas. A día de hoy, es uno de los productos comestibles más demandados del mundo.
La crema de cacahuete puede ser saludable
La crema de cacahuete ha estado considerada siempre como un auténtico festival de las calorías, especialmente desde que todo el mundo viese los cambios físicos del mismísimo Elvis Presley por atiborrarse de esta deliciosa crema.
Sin embargo, estudios nutricionales recientes han puesto de manifiesto como un uso adecuado de este delicioso alimento puede convertirse en una de las claves para llevar una alimentación saludable.
Una merienda con mala fama
Últimamente, si eres alguien con afición por los portales de recetas o por la cocina, habrás notado que comienzan a abundar los preparados que incluyen crema de cacahuete. Y es que escuchar que la crema de cacahuete tiene beneficios para la salud es una muy buena noticia para cualquiera que no pueda resistirse a este alimento hasta ahora «prohibido».
Existe una parte de verdad en quienes rechazan la crema de cacahuete. Hasta ahora, esta crema no era popular entre personas que cuidan su salud y su aspecto físico. Los motivos son varios. Para empezar es un producto popularizado por una sociedad con un índice de obesidad tan alto como lo es la norteamericana —Estados Unidos encabeza la lista mundial de obesidad, afectando a un 40% de su población adulta—, lo que no es de mucha ayuda para su marketing como producto saludable. Por otra parte, hasta ahora solo hemos conocido la crema de cacahuete en su formato industrial y, si se trata de ultra procesados, hasta la mayoría de los yogures naturales o 0%, son poco fiables.
La crema de cacahuete saludable debe ser casera
Ahora ha llegado la moda de la crema de cacahuete casera. Y aquí es donde se encuentra el secreto para disfrutar de este manjar de manera saludable en nuestras meriendas. Tomada de forma casera y con moderación, como se debe consumir cualquier alimento, aporta múltiples cualidades altamente nutritivas, es muy beneficiosa tanto para regular el azúcar en sangre, mantener la salud muscular y cardiovascular y mejorar el bienestar del sistema inmune. Seguro que hay mucha gente preguntándose por qué hemos tardado tanto en descubrir todo esto.
Los cacahuetes son un fruto seco que aportan gran cantidad de proteínas y grasas saludables necesarias para conseguir la energía extra que el cuerpo no pocas veces necesita para llevar a cabo nuestras actividades cotidianas. Merendar crema de cacahuete los días que hemos tenido un fuerte desgaste energético o después de realizar alguna actividad deportiva nos ayuda a reponer fuerzas para seguir con el resto de la jornada. Por otra parte, al convertir los cacahuetes en esta manteca, se consigue un efecto muy positivo para el desarrollo muscular.
Es muy importante tener en cuenta el hecho de que para que la crema de cacahuete tenga estos beneficios para la salud solo puede ser casera. En las cremas industriales, la mayor parte de las propiedades saludables del cacahuete se pierden durante el proceso y quedan tapadas por otro componentes como azúcares añadidos o conservantes.
Lo mejor es hacer nuestra propia crema de cacahuete, su poder dejarnos saciados y hacernos sentir bien alimentados nos ayudará a no picar entre horas y nos hará olvidarnos de otros aperitivos poco saludables. De hecho, para que nuestra merienda sea completa puedes acompañar la crema de cacahuete con alguna fruta como plátano o fresas. ¡Una tostada de pan de semillas con aguacate y fruta es una merienda espectacular! Solo recuerda disfrutar de esta merienda de una forma moderada y, si es posible, en días que hayamos realizado algún tipo de ejercicio físico.