La industria de la alimentación en los últimos años ha lanzado infinidad de productos bajo las etiquetas healthy, fit y todas esas palabras que sustituyen al ya menos moderno light. Lo cierto es que el culto al cuerpo y los hábitos saludables han ganado terreno en la sociedad y las empresas dedicadas a los productos alimentarios tiene mucho que decir y ganar en esto.
No es de extrañar entonces que cada vez que se descubre un alimento con propiedades saludables o que alguien con un nombre en el mundo de la nutrición recomienda según que alimentos, aparezcan en los supermercados decenas de marcas que aseguran que su nuevo producto contiene esos mismo nutrientes o incluso está hecho del alimento en cuestión.
No todos los alimentos saludables lo son en realidad
Siempre que vayas a comprar un producto por su propiedades nutritivas —rico en fibra, 0% materia grasa, sin azucares añadidos, fuente de energía, etc.— ten en cuenta que a las empresas les interesan más los números de sus ingresos que los que marquen tu báscula o tu tensiómetro. El marketing juega un gran papel importante en que te acabes convenciendo que es el producto que estás buscando. Por eso recomendamos siempre que se compre un producto por sus nutrientes, leer el etiquetado de nutrición y no quedarnos solo con lo que aparece en letras grandes en diseño del paquete.
No sería la primera vez que un producto vendido como light contiene grandes cantidades de azúcar o que unos cereales con muesli para mantener la línea, en realidad contienen más grasas y menos nutrientes que los que tomabas con diez años para merendar porque un mono, una rana o un oso te convencían de que lo hicieras para arrasar en el colegio.
El poder de las barritas energéticas y otros mitos
Estos productos normalmente tienen más un efecto placebo que resultados reales sobre nuestro organismo derivados de su consumo. Cuando adoptamos unos hábitos saludables solemos combinar alimentación y ejercicio. Y lo uno se apoya en lo otro. Si estamos haciendo deporte, los productos healthy actúan más como un refuerzo de este estilo de vida que como un elemento influyente en nuestra mejora. Veamos algunos ejemplos de productos saludables que puedes encontrar en el supermercado y que podrías ahorrarte sin que hubiese absolutamente ninguna diferencia.
Empezamos con las barritas energéticas. En un capítulo de Los Simpsons, Homer se ponía cachas y una empresa de barritas energéticas le hacía un patrocinio en el que podía escalar el pico más alto de Springfield gracias a la aportación energética del producto. Convencido del poder de estas barritas aceptaba el reto hasta que al leer la letra pequeña del envoltorio descubría que no tenía ninguno de los nutrientes que él había repetido como un loro. Esta crítica señala algo bastante común en este tipo de productos.
Aunque existen barritas que realmente aportan propiedades nutritivas, muchas de ellas se valen del marketing o del tirón de una moda para posicionarse en el mercado sin aportar nada de lo que dicen. Aunque sus aspecto muestra una combinación de frutos secos, cereales y frutas, si nos vamos a la leyenda de nutrientes de su envoltorio encontraremos en muchas ocasiones que se tratan de cereales refinados, grandes cantidades de azúcar y de grasas saturadas. Es necesario saber cuáles nos están diciendo la verdad sobre sus propiedades nutritivas.
Otro producto con un buen número de impostores en las estanterías del supermercado son los yogures con semillas, trozos de fruta, cereales, etc. El auge de las recetas de yogur saludables hechos en casa con estas características y los videos de influencers de nutrición preparándolos y hablando de las aportaciones que tiene para su salud y actividad diaria puso hizo que la industria rápidamente los ofreciera.
Los mismos nutrientes sin necesidad de preparación. ¿Seguro que son los mismos nutrientes? Probablemente no, de hecho en los últimos años ha sido desenmascarado algún que otro fraude que tuvo que cambiar el nombre del producto. En yogures industriales, lo mejor es apostar por el natural, ya que se trata de una estupenda fuente de calcio y un aliado excelente de la flora intestinal. Si quieres más nutrientes, lo puedes acompañar con trozos de fruta, avena, semillas de chía o lo que prefieras. Preparar un yogur saludable es muy sencillo y no ocupa tiempo. Merecerá la pena.
La fruta no se salva de tener su versión no saludable debido a los zumos sin azúcar embotellados. Desde hace unos años, y desde que existen las campañas de conciencia sobre los perjuicios para la salud que tiene el exceso de azúcar refinado, han sido muchas —casi todas— las marcas de zumo que han dado un giro en la imagen de su producto para desvincularlo del endulzante. Sobre todo, para no perder a su sector de ventas principal, es decir, niños y niñas en edad de crecimiento. Con los zumos vendidos como «sin azúcar añadido» hay que tener especial atención al leer la etiqueta porque normalmente sí que conservan algo, en algunos casos, bastante. Si aún así decides tomarlo o que tu hijo lo tome, procura compensar el exceso en otras comidas. Aunque lo mejor, en zumos, es prepararlos en casa con las frutas de temporada.
Hablemos ahora de las tortitas de arroz. Este producto apareció de pronto en los supermercados como el snack saludable definitivo para matar el hambre entre comidas. Ganaron popularidad gracias a su empaquetado individual, su facilidad para llevarlas a cualquier lado y que pueden estar todo el día a temperatura ambiente sin estropearse. No se me ocurre ningún producto saludable que después de pasearlo todo el día se conserve exactamente igual que a primera hora de la mañana, eso ya debería ser una pista. Las tortitas de arroz o de maíz no son una opción del todo mala, pero estamos hablando de cereal prensado y ya está. Así que sin sal o saborizantes artificiales no hubiesen tenido tanto éxito. La acumulación de sal de un consumo habitual puede derivar en problemas de la tensión arterial.
Aunque solo hayamos dado estos tres ejemplos como casos más frecuentes, existen muchos otros productos healthy que en realidad no lo son. Siempre que vayamos a consumir productos con características como integral, rico en vitaminas, o 0% materia grasa, destacado en el envoltorio, no está de más que consultemos el etiquetado de nutrientes antes de llevarlos a casa.