La tendencia a pensar que en la nevera todo se conserva mejor hace que en ocasiones guardemos en frío alimentos que estarían mejor a temperatura ambiente.
Es el caso de muchas frutas. Las frutas son uno de los alimentos que con más frecuencia van a parar al frigorífico, sin embargo, según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) existen algunas variedades que te duran más tiempo si las mantienes alejadas de las temperaturas bajas.
Las bajas temperaturas aceleran la descomposición de algunas frutas
Los procesos y ritmos de maduración de las frutas dependen en gran parte del clima del lugar del que proceden originalmente. Algunas frutas se ven favorecidas por el frío para madurar lentamente y otras por el calor.
También intervienen otros factores, como el porcentaje de agua en la fruta, ya que esta puede acelerar el proceso de oxidación de las frutas o que se pudra en menos tiempo sometida a bajas temperaturas.
Estas son las frutas que la OCU te recomienda conservar fuera de la nevera
En ocasiones, la mejor manera de conservar la fruta o de conseguir el mejor estado posible para su consumo resulta de una combinación de temperaturas. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, algunas frutas duran más tiempo y se consumen en mejor estado si en lugar de meterlas en la nevera nada más llegar de la frutería las dejamos unos días a temperatura ambiente sin luz directa del sol hasta que alcancen un buen estado de madurez.
Después ya podemos meterlas en el frigorífico para ralentizar el avance de la maduración y que nos duren en buen estado el mayor tiempo posible. Entre estas frutas se encuentran los aguacates, los kiwis, las nectarinas, los melocotones, las peras y las ciruelas.
Las frutas tropicales no deben ir siempre a la nevera
Las frutas de origen tropical como la piña, el mango, la papaya, la pitahaya, el melón, la sandía o el plátano suelen conservarse en el frigorífico en la mayoría de las ocasiones, sin embargo, esto es un error. Estas frutas proceden de climas donde las condiciones de calor y humedad suelen ser altas. Un entorno frío y seco como el del interior de la nevera no puede hacer más que acelerar el deterioro de estas frutas. De hecho, se recomiendan que no estén nunca a una temperatura por debajo de los diez grados.
Sí se deben guardar en la nevera una vez que las hemos abierto y no nos hemos comido la pieza completa, como suele ocurrir con el melón o la sandía. El calor de la intemperie podría acelerar el proceso de deshidratación de la parte expuesta de la fruta, por lo que en ese caso, es recomendable guardar la fruta dentro de la nevera en las partes menos frías, como las baldas inferiores por ejemplo.