El jamón ibérico es uno de los alimentos más ricos y mejor valorados de la gastronomía española. Los amantes de este producto cárnico se comen lonchas y lonchas sin ningún problema. Sin embargo, algunas personas que lo prueban por primera vez se quedan un poco bloqueadas ante la parte blanca del jamón, preguntándose si es bueno comerla o no.
Es una duda razonable, sobre todo si es la primera vez que degustas este alimento. En este artículo le daremos respuesta, por lo que, si siempre te ha dado curiosidad saber más sobre esta parte blanca que tienen todos los jamones, sean serranos, ibéricos o curados, estás en el lugar correcto.
La parte blanca del jamón se puede comer perfectamente
Según los expertos en nutrición, la parte blanca de este producto cárnico es únicamente grasa, por lo que queda a nuestra elección si comerla o no. El hecho de que solo esté compuesta de grasa no quiere decir que sea nociva, al menos no si no se come en cantidades excesivas. Además, cabe recordar que el jamón, sea ibérico, curado o serrano, consumido de una manera razonable, puede aportar beneficios a nuestro organismo. La razón es simple: su composición. Contiene, entre otras cosas, proteínas de alto valor biológico, minerales esenciales como el calcio o el hierro…
Además, la grasa del jamón es la que le aporta esa textura suave y hace que el acto de masticar las lonchas sea mucho más placentero. Dicho esto, nosotros no te aconsejamos en lo absoluto retirarla y desperdiciarla: créenos cuando te decimos que, si haces eso, te estarás perdiendo de una gran experiencia gastronómica. Insistimos: mientras el jamón serrano, ibérico o curado ocupe un espacio limitado en nuestra dieta, no habrá absolutamente ningún problema, tenga parte blanca o no. Queda a tu elección, pero confirmamos que es un mito ese rumor de que la grasa del jamón es nociva y debe retirarse antes de consumirlo.
Un uso de la grasa del jamón que seguro que no conocías
Muchos que desechan la parte blanca del jamón por considerarla nociva cometen un error: ya lo hemos visto en el apartado anterior. Ese error es mucho más grave de lo que parece, puesto que podemos darle a la grasa de este producto cárnico un uso gastronómico muy interesante. Si la derrites, la puedes utilizar para freír filetes de cerdo a la plancha, huevos, salteados de verdura… y el toque de sabor que le da la grasa de jamón es simplemente delicioso. ¡Pruébalo! Pero recuerda, siempre con moderación.