Al terminar de comer, con frecuencia dejamos la comida que ha quedado sobre la mesa durante o un rato o, en ocasiones, la olvidamos en la encimera de la cocina cuando la dejamos enfriar. Ya sea por descuido, olvido o incluso a propósito, muchas personas tienden a subestimar la importancia de mantener las sobras de sus alimentos en un lugar seguro.
La seguridad alimentaria es una cuestión fundamental en la cocina. Es importante saber que cuando dejamos comida expuesta y sin el almacenamietno adecuado, el tiempo puede ser un importante enemigo. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las intoxicaciones alimentarias por este ripo de prácticas afectan a miles de personas al año en España, y destaca el riesgo particularmente alto del arroz y la pasta.
Los riesgos de no guardar a tiempo el arroz y la pasta según la OCU
Cada tipo de alimento tiene sus propias particularidades y riesgos. Uno de los microorganismos más preocupantes es el Bacillus cereus, capaz de producir esporas. Este patógeno se encuentra con mayor frecuencia en el arroz hervido o frito y en la pasta. El Bacillus cereus es especialmente peligroso ya que puede crecer y reproducirse rápidamente en un rango de temperatura que va desde los 5 hasta los 55 grados Celsius.
Si se encuentra a 30 grados, puede duplicar su población en menos de media hora. Consumir cereales contaminados por este microorganismo puede provocar náuseas y vómitos en un lapso de 1 a 5 horas después de su consumo. Estos síntomas son diferentes a los que se producen al consumir carne contaminada por esta bacteria, que generalmente provoca diarreas.
Las principales bacterias que afectan a los alimentos
No calcular adecuadamente el tamaño de las raciones de comida es un error que todos hemos cometido en algún momento. Esto a menudo resulta en excedentes de comida que, a veces, se dejan reposar en una olla, sartén o tupperware y esto este es precisamente el comienzo de un problema de seguridad alimentaria.
Las bacterias son las principales culpables de estas intoxicaciones, y algunas de las más comunes son el Campylobacter, que lidera la lista de infecciones gastrointestinales en humanos, la Salmonella, la Escherichia coli y la Listeria. Los síntomas pueden variar según la cantidad ingerida y el estado del producto, pero en su forma más leve, provocan vómitos y diarreas.
El peligro de la temperatura ambiente
Cada tipo de bacteria tiene un origen específico y, en algunos casos, su presencia está relacionada con factores estacionales. Un ejemplo muy conocido es la Salmonelosis, sin embargo, otros riesgos pasan desapercibidos, como el de dejar comida a temperatura ambiente. Esto es especialmente preocupante en el caso de alimentos cocidos como la carne, el pollo, el pescado, los mariscos, los lácteos, la fruta cortada y las verduras.
Es importante comprender una regla fundamental: las bacterias se multiplican más rápidamente a temperaturas más altas y su crecimiento en los alimentos es exponencial. Algunos expertos recomiendan no dejar estos productos o alimentos cocidos fuera del frigorífico durante más de dos horas para minimizar el riesgo, pero esta cifra es solo una guía general, ya que la velocidad de crecimiento bacteriano depende de la temperatura ambiente.
Un riesgo más real de lo que pensamos
Aunque la OCU ha querido dejar claro que no se trata de ser alarmista ni de que nos preocupemos en exceso, la seguridad alimentaria es una cuestión crucial que no debe pasarse por alto en la cocina. Las intoxicaciones alimentarias son un riesgo real, y las bacterias pueden proliferar rápidamente en alimentos como el arroz y la pasta si no se almacenan adecuadamente.
La organización nos recuerda que mantener las sobras de comida en la nevera es una medida sencilla pero efectiva para garantizar la salud de tu familia y la tuya propia. La prevención es la clave, y nunca está de más recordar que la comida debe ser refrigerada lo antes posible para evitar riesgos innecesarios.