El calor afecta no solo a nuestra comodidad, sino también a la calidad y la vida útil de los alimentos que consumimos. Tanto los frescos, como la fruta o el pescado, como los cocinados que solemos guardar en tuppers son susceptibles al deterioro acelerado debido a las altas temperaturas.
Po suerte, en plena ola de calor, existen soluciones prácticas para evitar que esto ocurra y minimizar el desperdicio. Sigue estos consejos y recomendaciones para mantener tus alimentos en buen estado durante los días calurosos y disfrutar de comidas frescas y sabrosas.
Los alimentos se vuelven más vulnerables con las altas temperaturas
Mantener los alimentos a salvo del deterioro con la llegada del calor consiste, principalmente, en un pequeño cambio de hábitos. Alimentos que antes podíamos dejar fuera de la nevera sin riesgo, ahora necesitan refrigeración para evitar tener que tirarlos a la basura. Es el caso, sobre todo, de las frutas con alto contenido en agua, como el melón o la sandía. Pero también de los platos cocinados, que con frecuencia en invierno pueden dejarse en la misma olla hasta el día siguiente y en verano es muy probable que en ese mismo periodo de tiempo, la comida ya no nos huela muy bien.
Cómo evitar el deterioro de los alimentos frescos
Para salvar nuestros alimentos de acabar en la basura, la planificación de las compras es fundamental. Opta por comprar alimentos frescos en pequeñas cantidades y ve a la tienda con más frecuencia durante los días calurosos. De esta manera, reducirás la exposición al calor y evitarás que se estropeen antes de consumirlos.
Almacénalos adecuadamente, guardando los alimentos frescos en el refrigerador tan pronto como sea posible después de comprarlos. Asegúrate de que el refrigerador esté configurado a la temperatura adecuada (entre 1 °C y 4 °C) para mantener la frescura y la calidad de los alimentos y no olvides una buena envoltura en plástico o recipientes herméticos para prevenir la deshidratación. Por último, separa los alimentos. Algunos alimentos emiten gases que pueden acelerar el deterioro de otros. Separa las frutas y verduras maduras de otros productos para evitar una maduración excesiva y el deterioro temprano.
Cómo preservar alimentos cocinados
Después de cocinar, enfría rápidamente los alimentos cocinados antes de guardarlos en el refrigerador. Divide grandes porciones en porciones más pequeñas para acelerar el proceso de enfriamiento y evitar la proliferación bacteriana. Al igual que con los alimentos frescos, un almacenamiento adecuado de los alimentos cocinados en recipientes herméticos en el refrigerador es fundamental. Aunque cada alimento tiene sus tiempos de descomposición y deterioro, lo más recomendable es consumirlos dentro de los dos o tres días siguientes para garantizar la seguridad alimentaria y la calidad.
Finalmente, si no planeas consumir los alimentos cocinados en esos días, lo mejor es congelarlos para prolongar la vida útil de los alimentos y su sabor y textura. Es muy útil etiquetar los recipientes con la fecha para saber cuanto tiempo llevan en la nevera cuando vayas a comértelos.
Consejos para Minimizar el Desperdicio de Alimentos:
Además de estos consejos, existen algunos otros que te pueden ayudar a reducir el desperdicio de comida durante los meses de calor y que, además, puedes aplicar durante todo el año. El primero de ellos es la rotación de alimentos. Cuando hagas la compra, coloca los alimentos más antiguos en la parte delantera de la nevera o despensa y los nuevos, detrás. De esta manera, utilizarás los alimentos más antiguos primero y reducirás el riesgo de olvidar su existencia.
También es importante reutilizar las sobras de las comidas anteriores en nuevas preparaciones. Puedes transformarlas en deliciosos platos, como ensaladas, sándwiches o sopas. ¡Deja volar tu creatividad en la cocina! Además de estos consejos, si ves que no vas a poder comerte a tiempo algunos alimentos, recuerda que siempre es muy buena idea compartir, ya sea con amigos, familiares, vecinos o, incluso, depositarlos en un banco de alimentos.