Llega el momento de amueblar nuestro comedor y nos planteamos la gran pregunta: ¿elijo una mesa redonda o una de formas rectas? La decisión en muchas ocasiones no tiene tanto que ver tanto con el estilo y la decoración de casa como del espacio disponible. Cada una de las posibilidades tiene sus ventajas y desventajas y es importante que las tengas en cuenta para no cometer un error de difícil solución.
El criterio fundamental que debe guiar la elección de la mesa del comedor es el lugar en el que la vayamos a colocar: si es en el centro de una estancia, si irá en un lateral o en un rincón o incluso si tenemos pensado que sea el elemento de transición entre la cocina y el salón. Luego ya habrá que pensar en la decoración y en otras cuestiones como el tipo de sillas más adecuado.
Cuándo elegir mesas redondas para el comedor
Y quien dice redondas dice ovaladas porque se aplican los mismos criterios. Hay dos motivos fundamentales para optar por este tipo de mesas para nuestro comedor. El primero de ellos es el espacio. Las mesas redondas, al carecer de esquinas, ocupan mucho menos que las cuadradas o rectangulares. Por ello, son la mejor elección en el caso de que las vayamos a colocar en un lugar de dimensiones reducidas o en un rincón.
El otro motivo para optar por mesas de comedor redondas es cuando habitualmente no nos sentemos muchas personas a comer. Es cierto que las hay 6-8 comensales, pero por su diámetro pueden resultar demasiado grandes e incluso aparatosas. Cuando no hay mucho espacio pero sí comensales, hay una solución intermedia: las mesas extensibles.
Por qué las mesas redondas son tan atractivas
Las mesas que tienen formas redondeadas son muy elegantes y aportan un toque de distinción al comedor. Por ello son ideales en estancias más clásica. Sin embargo, en esas otras de estilos más modernos, pero también más fríos como es el minimalista o el industrial, una mesa redonda siempre aporta calidez, sobre todo si es de madera en tonos claros.
Además, de ello, las mesas que tienen esta forma son ideales en aquellos casos en los que nos reunimos a comer en familia. La razón es que todos los comensales se ven perfectamente las caras, de modo que las conversaciones siempre serán mucho más fluidas. Y además de ello, la colocación de las sillas es menos problemática, si el número de personas es impar no se quedará nadie «aislado».
En qué casos es mejor una mesa de líneas rectas
Este tipo de mesas son mucho más versátiles que las redondas por un motivo: si el espacio es reducido se pueden colocar pegadas a la pared y moverlas a la hora de comer. Además de ello, son la mejor elección si lo que buscamos es una mesa extensible que en un momento dado nos permita reunir a un buen número de comensales.
Si no hay problemas de espacio, las mesas de líneas rectas son ideales. Son mesas que pueden tener mucha presencia y que con unas sillas bien elegidas darán una imagen espectacular al comedor o al salón en el que se coloquen. Además, son las más indicadas para decorar ese espacio entre la cocina abierta y el salón. Solo hay que tener una precaución: asegurarse de que hay espacio suficiente para moverse alrededor y evitar así golpes accidentales con las esquinas.
Más motivos para elegir mesas cuadradas
Otra ventaja de estas mesas respecto a las redondas es que la variedad de diseños es más amplia. Ya no solo en lo que respecta a medidas, también a diseños. Las mesas redondas suele llevar un pie central que puede ser más o menos voluminoso o elaborado. Con las de líneas rectas se puede jugar con un único pie, con patas en las esquinas o los laterales, con otro tipo de patas colocadas en oblicuo o con travesaños, etc.
Otra razón para apostar por ellas es que se pueden combinar no solo con sillas, también con bancos, si lo que queremos es acercarlas a la pared para que ocupen menos espacio. Y, en caso de necesidad, es muy fácil adaptar a ellas mesas auxiliares para ampliar el número de comensales que se pueden sentar en ellas.