No es vintage, ni es campestre aunque tenga toques de ambos estilos. Shabby chic es diferente, es cálido, acogedor, dulce y sí, algo femenino y también decadente. Pero es también uno de esos estilos de decoración que se mantienen vivos a pesar de modas y de tendencias. Si te apetece llenar tu casa de romanticismo, toma algunas ideas de él, seguro que el resultado final te sorprende.
El origen de este estilo está en las casas campestres de la Inglaterra del siglo XIX. En ellas se mezclaban muebles antiguos reciclados con otros nuevos. Ese es el significado y el espíritu del estilo Shabby chic. Shabby significa desgastado y chic simboliza lo que está de moda o es elegante. Así que ya tiene las dos grandes claves para vestir tu casa con este estilo decorativo. Pero hay otras muchas.
Colores y estampados en el estilo shabby chic en decoración
El gran protagonista del estilo shabby chic es el blanco. Y no solo lo es en las paredes, también en el mobiliario, los muebles y los textiles. La nota de color la pone la gama de los pasteles o empolvados muy suaves, sobre todo, verdes, rosas o azules. Y, junto a ellos, los colores tierra muy claros como el beige, el marfil o el crema. Estos colores se combinan con el blanco y no solo se juega con las tonalidades, también con las texturas para que destaquen.
En lo que se refiere a los estampados, no hay posibilidad de elección: en el estilo shabby chic mandan las flores. Al fin y al cabo, es un estilo romántico y muy campestre. Pero esos estampados florales son muy concretos, casi siempre en pequeño formato, delicados y con los colores protagonistas de este estilo. Son poco llamativos en lo que a motivos se refiere pero recargados en lo que a cantidad. Y no solo los verás en textiles, también en objetos decorativos e incluso en paredes, gracias al papel pintado.
Mobiliario elegante y con una segunda vida
Decíamos que shabby significa desgastado, viejo. Eso ya te da la pista del tipo de mobiliario que se impone en este estilo. Son muebles de madera y líneas clásicas, con formas suaves y elementos ornamentales. Muebles que muestran el paso del tiempo y que guardan una historia. Se imponen los blancos con acabados decapados, aunque también se admiten tonos suaves o acabados naturales de la madera también con ese aspecto envejecido.
Junto a la madera, hay otro material que también es muy característico de este estilo: la forja. Este material es perfecto, por ejemplo, para esos cabeceros o esas estructuras de cama de aires tan románticos. Pero también lo es para lámpara, espejos o incluso pequeñas consolas. Y, en lo que se refiere a los acabados, el protagonista vuelve a ser el blanco, aunque dorados envejecidos también se admiten. Y hablando de camas, la que tienen dosel son perfectas en este estilo.
Lo ideal son esas piezas realmente antiguas. Piezas recuperadas a las que se da una segunda vida con una nueva capa de pintura decapada. Con pintura a la tiza hoy en día es muy fácil conseguir dar a los muebles de madera o incluso a la forja ese aspecto envejecido típicamente shabby. Pero, si no tienes piezas para recuperar, siempre es posible encontrarlas en mercadillos, anticuarios o tiendas de mobiliario.
Complementos imprescindibles en el estilo shabby chic
Los complementos son importantes en este estilo. Por ejemplo, textiles con texturas, como pueden ser cojines de ganchillo o con encajes, colchas con puntillas, alfombras de sisal o mantas de crochet. Tampoco pueden faltar esos jarrones con flores o los espejos con marcos dorados. Piezas de artesanía, algún que otro elemento de figuras naturales y objetos de aires vintage darán la nota definitiva a la estancia.
¿Qué otros elementos son importantes en este estilo? Grandes cortinas, esas vajillas de porcelana con motivos florales en los bordes que tanto gustaban a nuestras abuelas, lámparas de araña, guirnaldas vegetales, candelabros de bronce y molduras en las paredes también son accesorios que no pueden faltar en este estilo tan particular.
Se admiten mezclas
Evidentemente, no se trata de que conviertas tu casa en un cottage ingles de mediados del siglo XIX. La clave del shabby chic es una cierta moderación en la que se introducen piezas de corte más moderno. Normalmente son piezas más clásicas o típicamente rústicas, pero siempre puedes atreverte a crear un cierto contraste con otras de líneas más actuales. En ese sentido, puedes introducir, por ejemplo, sillones o cabeceros tapizados en capitoné o muebles de madera de líneas rectas.
Como ves, si quieres dar un aire romántico y a la vez muy estiloso a tu casa, el shabby chic es perfecto. Pero recuerda introducirlo en pequeñas notas porque es un estilo que a grandes dosis puede llegar a cansar. Y, si tienes por ahí algún mueble o complemento que puedas recuperar, además, gastarás muy poco en renovar tu casa.