Las texturas son un recurso de decoración espectacular para crear espacios únicos y diferentes. Son perfectas para dar vida a estancias monocromáticas y algo aburridas o para introducir una nota de dinamismo en esas otras tan insulsas. Y, además de todo ello, con las texturas se consiguen ambientes más cálidos y acogedores.
Hay muchas formas de introducir texturas en la decoración de casa. Tienen la ventaja de que encajan a la perfección con todos los estilos. Solo tienes que escoger el recurso más adecuado para cada estancia, según el efecto que desees conseguir con ellas. ¿No sabes cómo hacerlo? No te preocupes, vamos a darte algunas ideas sencillas pero muy prácticas.
Decoración con tejidos de diferente textura
Es una de las maneras más simples de jugar con las texturas. La variedad de tejidos es inmensa. Incluso dentro del mismo tipo de tela puedes encontrar diferentes acabados. Si no quieres introducir demasiado color en una habitación pero no quieres que parezca aburrida, juega con este recurso. Algunos ejemplos: mezcla cojines de un tejido con un cobertor de otro en la cama, combina encajes y terciopelos en las cortinas o coloca un plaid de lana en ese sofá tapizado en loneta.
Este tipo de texturas son perfectas para equilibrar una decoración en la que las superficies son demasiado planas por el uso de materiales como el cristal o los metales o por acabados lisos en el mobiliario. Con esos tejidos diferentes lo que conseguirás será mayor profundidad y volumen, de modo que la decoración subirá varios niveles.
Texturas en las paredes
Al hablar de texturas en las paredes seguro que te imaginas el tradicional gotelé. Pero es un recurso decorativo ya desfasado, hay otras formas mucho más atractivas de dar un toque diferente a las paredes. Una de ellas es el papel pintado. Hay modelos con relieves realmente atractivos que imitan telas, piedra, madera o ladrillo y que dan a las paredes mucha vida.
Para un efecto mucho más marcado, los paneles 3D son perfectos. Los hay que imitan a otros materiales o, simplemente, crean volúmenes con formas geométricas. Lo ideal en este caso es elegir muy bien la iluminación, con estos paneles se pueden crear sombras y efectos realmente bonitos gracias a la luz.
Mobiliario texturizado
También es posible jugar con las texturas en el mobiliario. Si tus muebles son lisos, prueba a introducir unas sillas con el respaldo de rejilla o un sillón de mimbre, enseguida notarás la diferencia y ese efecto de calidez que llenará el salón. Otra posibilidad son los muebles con acabados decapados, que son más discretos pero ofrecen los mismos resultados.
Fibras vegetales en los accesorios
Aportan textura y calidez. Además, ofrecen mil posibilidades, empezando por los materiales: mimbre, ratán, bambú, etc. Con ellos se fabrican un sinfín de accesorios con los que es muy fácil llevar las texturas a cualquier estancia de la casa. Pantallas de lámparas, cestas decorativas, alfombras o tapices son perfectos para romper la monotonía de las superficies lisas.
Las alfombras también aportan texturas
Acabamos de mencionar las alfombras de fibras vegetales como una de las maneras de introducir texturas en casa. Ese tipo de alfombras son ideales para crear ambientes naturales y refrescantes. Pero se pueden conseguir efectos muy diferentes con otros materiales. Por ejemplo, una alfombra de pelo largo en el dormitorio ayudará a diseñar un espacio muy relajante. Y una de algodón grueso será perfecta para la habitación de los niños.
Plantas de interior
Decorar con plantas tiene la ventaja de que aportan texturas muy diferentes. Puedes elegir diferentes especies y jugar con ellas en una misma estancia. No olvides, eso sí, que no todas las plantas son aptas para todos los espacios. Escógelas con cuidado según la luz, la temperatura y el nivel de humedad de la estancia. Y si no tienes mucha mano con ellas, mejor plantas poco exigentes, como los cactus. Cualquiera que elijas aportará un toque diferente a la decoración y, además, purificará el ambiente.
Otras formas de introducir texturas en la decoración
Conseguir que nuestro hogar parezca más cálido y acogedor gracias a las texturas se puede conseguir de muchas maneras, ya lo adelantábamos. Las que hemos mencionado hasta ahora son quizá las más sencillas y efectivas. Pero si quieres dar un toque atrevido a tu hogar, aún puedes hacer mucho más. ¿Te apetece? Aquí tienes otras ideas fantásticas:
- Elementos arquitectónicos: textura es volumen y qué mejor manera de conseguirlo que con molduras, con falsas vigas, zócalos, cornisas, etc. Las de poliespán son ligeras y se colocan con facilidad.
- Adornos en las paredes: no es necesario cambiar el revestimiento de la pared para conseguir texturas, hay muchos recursos para ello, por ejemplo, los tapices de cuerda.
- Accesorios decorativos de barro: los objetos de barro hechos a mano tienen una superficie irregular maravillosa. Además, cada uno de ellos es único, lo que aportará mucha personalidad a la decoración de la estancia.
- Luz y reflejos: la luz también ayuda a crear volúmenes, para ello, solo hay que introducir en la decoración elementos que brillen, como objetos de cristal o metálicos. El contraste de la luz que se refleja en ellos con las sombras de otros materiales crea un efecto texturizado y de profundidad muy vistoso.
Como ves, jugar con las texturas para dar un toque diferente a la decoración de casa no es complicado. En cualquier caso, un último consejo: la clave está siempre en el equilibrio y la moderación. Por ello, aunque introduzcas esas texturas, no te excedas con ellas para evitar sobrecargar los espacios.