Comer ajo todos los días sbre las puertas a una larga vida ya que funciona como protección extra para los huesos y el corazón. El ajo es un alimento muy versartil y de gran sabor. Se puede ingerir de diferentes maneras, picado, sofrito, en majarse y aplastado. Además de prepararse en guisos, pescados y verduras. Proviene de la planta herbácea y es un alimento indispensable en la dieta mediterránea. Suele ser el protagonista principal de algunos platos, por ejemplo, el pan de ajo y la sopa de ajo. También es el condimento habitual en muchas recetas, pues da un sabor muy particular a las comidas.
En la cocina, el ajo es conocido como un aromatizante muy especial. Pero además, ha cumplido un papel medicinal a lo largo de la historia gracias a las propiedades que contiene, entre las que destaca el selenio, la vitamina B6, vitamina C, magnesio y la fibra, que han demostrado su gran efectividad en la saud del ser humano por todos los beneficios que aporta. El ajo se relaciona de manera estrecha con otras especies como la cebolla, el puerro y cebollín.
¿Qué pasa si comes ajo todos los días?
La historia ha registrado muchas bondades del ajo. Los efectos biológicos resaltan la capacidad de prevenir algunos tipos de cáncer y desintoxicación del orgnismo. Recuerda que algunos alimentos en exceso suelen dejar rastros negativos en el cuerpo, el ajo te ayuda a eliminarlos. En cuanto a las opiniones emitidas sobre su sabor y aroma, la cuenta está dividida debido a su sabor potente y fuerte olor. No obstante, lo que pienses del ajo se hace más presente o se aleja, al conocer lo que le ocurre a tu cuerpo si comes ajo todos los días.
Protección contra enfermedades cardíacas
El ajo tiene efectos favorables sobre enfermedades neurodegenerativas como la osteoartritis, así como las afecciones cardiovasculares. Comer ajo a diario disminuye la presión arterial y mejora los niveles del colesterol, pues los compuestos cardíacos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades. Si quieres sentir un corazón más sano, no te olvides de añadir ajo a todos tus alimentos, aunque también puedes ingerir un ajo en ayuna.
De acuerdo a las investigaciones científicas, los glóbulos rojos convierten en azufre del ajo en sulfuro de hidrógeno que expande los vasos sanguíneos facilitando la regulación de la presión arterial.
Menos riesgo de sufrir cáncer
La ciencia lo certifica a través de distintos estudios, el ajo en tubos de ensayo mata las células cancerígenas. Existe una prueba detallada sobre la evaluación realizada a más de 40 mil mujeres de edad mediana que consumían ajo de manera regular, mostraron un 35 % menos de riesgo de sufrir cáncer de colon. Cabe resaltar que en algunos de los estudios utilizaron suplementos, mientras que en otros destacaron que los beneficios se obtienen en mayor porcentaje si se come el ajo fresco.
Sentirás menos inflamación
El ajo funciona como un antiinflamatorio. De acuerdo a los científicos, cuando una persona sufre de inflamación crónica puede estar en riesgo de sufrir otras enfermedades crónicas como la artritis. En ese sentido, al comer ajo todos los días ayudas al cuerpo a inhibir la actividad de algunas proteínas inflamatorias. Si eres mujer y sufres de artritis reumatoide, mil miligramos de suplementos de ajo al día te servirán para bajar los marcadores inflamatorios. Sentirás menos dolor, menos fatiga y menos articulaciones sensibles. El aceite de ajo también funciona para reducir la inflación en zona localizada con masajes.
Tu cuerpo estará mucho más activo
En la cultura china, el ajo es un buen aliado para reducir la fatiga y para mejorar la capacidad en el trabajo. Los beneficios del ajo se conocen desde hace siglos atrás, según algunos registros, era consumido por los atletas olímpicos de la antigua Grecia. También se han realizado estudios sobre el comportamiento del cuerpo tras ingresar ajo al organismo, arrojando como resultado alto rendimiento en lo deportivo, sin embargo, estas avaluaciones se han efectuado mayormente en roedores.
Cuidado con los excesos
Como todo, el consumo excesivo no siempre es bueno. Si comes ajo crudo en grandes cantidades corres el riesgo de irritar el tracto digestivo, causando una sensación se ardor en el pecho o el estómago. Las personas con enfermedades por reflujo gastroesofágico deben bajar el consumo de ajo para evitar la acidez. También se pueden generar malestares como diarrea, mal aliento, olor corporal, hinchazón y malestar estomacal.