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Por qué hay frutas que deberías comer con piel y cuáles son las mejores

Para los perezosos, para esas personas que no toman toda la fruta que debieran por la pereza de pelarlas… ¡Hay algunas que se comen con piel y, además, esto es altamente recomendable!

Sí, tal cual. Tomas la fruta en cuestión, la pones bajo el grifo y la enjuagas bien, para eliminar posibles impurezas. Después, a bocados. Pocas cosas más placenteras si hablamos de comida que comerse a mordiscos una manzana, una pera o un melocotón, la verdad. A la comodidad y lo gustoso de esta práctica, el hecho de que el alimento en sí cobra aún mayor valor. Ingerimos un mayor número de vitaminas y nutrientes que si la pelamos y la comemos a trozos.

La piel de la fruta, en general, suele concentrar un gran número de nutrientes. De hecho, los expertos en botánica y nutrición destacan que, conforme nos vamos acercando más al corazón de la pieza, a la semilla, el alimento va perdiendo propiedades. Interesante, ¿verdad? Pues toma nota porque te contamos cuáles son las mejores frutas para comerse con piel y a bocados. Puros mordiscos de salud y bienestar que se reflejarán por dentro y por fuera de tu organismo.

Comer manzanas con piel

Son un clásico de los clásicos. Blancanieves ya lo hacía… ¿Cómo que nosotros no? Las manzanas son una fruta de lo más saludable y tomarlas con la piel es un plus añadido. De hecho existen estudios que evidencian este punto. La corteza de este alimento cuarenta con vitaminas y minerales muy valiosos, calcio y ácido ursólico, entre otros, que van directos a nuestro organismo al comerla a bocados.

mujer mordiscos manzana

Las manzanas son muy diuréticas y ayudan a eliminar líquidos. Al ingerir la piel añadimos fibra y pectina, que también están muy presentes en las ciruelas, los arándanos y las peras, que también os sugerimos para comer en crudo y tras lavarlas, sin más. La fibra es un imprescindible, eso está claro, pues genera sensación de saciedad y activa el tránsito intestinal. Respecto al citado ácido ursóalico, este potencia el crecimiento muscular, así que es genial si practicas mucho deporte.

Comer las peras con piel

La cáscara de esta fruta es otro imprescindible cuando hablamos de ingerir las frutas sin pelarlas, solo tras darles un buen enjuagan al grifo. Las peras, que normalmente son jugosas y ricas, mejoran notablemente sus efectos en nuestro cuerpo si tomamos la piel. En la misma se encuentra un índice importante de fibra. Concretamente pectina, que es fibra soluble, que ayuda no solo a mejorar la digestión. Añade que ayuda a reducir los niveles de colesterol.

La pera cuenta en la cáscara con otros ‘invitados’ que deberíamos recibir con aplausos, ¿eh? Nos referimos a los flavonoides, agentes antioxidantes que ayudan a prevenir los efectos del envejecimiento. Entre estos está el ácido clorogénico, que disminuye la presión arterial, la cianidina, que reduce el estrés oxidativo que se suele dar en el organismo, y la quercetina, antiinflamatoria. Muchas ventajas, así que es mejor ni dudarlo.

Comer melocotones con cáscara

Otra fruta perfecta para esto en lo que estamos son los melocotones… ¿Sabías que son un alimento ideal y que con la piel multiplica por dos sus beneficios para nuestro cuerpo? Hay quienes tienen reticencias a esto por la ‘pelusilla’ que los recubre. Sin embargo, basta probar y ponerlo bajo el agua para darte cuenta que la pelusilla se suaviza y prácticamente desaparece la sensación que da en frío, en seco.

En cuanto a lo que nos aporta comer melocotones con la piel, son varias las cualidades de esta. Tiene propiedades antiinflamatorias, digestivas y antioxidantes. Su gran riqueza nutricional ha convertido a esta fruta en una de las más recomendadas para degustar a bocados, sin quitarle la cáscara. Pasa la barrera de ese tacto aterciopelado que da de primeras y empezarás a disfrutar de lo mucho bueno que estas piezas tienen que ofrecerte. Indispensable en la despensa cuando llega la temporada.

Comer ciruelas con piel

Comer las ciruelas recién lavadas y sin pelar es probablemente de los mayores placeres del mundo para quienes disfrutamos con la fruta. Son jugosas y tienen un sabor que es una mezcla de ácido y dulce a la vez. Destacan por la fibra y el comérselas con la cáscara, nada de cuchillo de por medio, mejora la experiencia.

Las ciruelas tienen una cáscara suave, probablemente de las que más apetezca morder. Se recomienda comerla con la cáscara porque a sus vitaminas y minerales hay que añadir un extra fundamental de fibra que da el degustarlas con la cáscara. Existen varios tipos de ciruelas –rojas, negras, verdes, amarillas– y, sea cual sea la que tienes en casa, siempre gana el acabar con ellas a mordiscos. ¡Bocados de salud y placer!

Comer las mandarinas a bocados y con piel

Esta última probablemente sea la más polémica, por así decir. La cáscara de la mandarina es tan fácil de retirar que la mayor parte de las personas ni se cuestionan que esta piel deba comerse ni que tenga beneficios para el organismo. Están equivocados y, ojo, es normal. La costumbre nos ha llegado siempre a retirar la cáscara y comer los gajos, uno a uno. A continuación te explicamos qué bondades conlleva comerse las mandarinas con la piel incluida.

La Universidad de Western Ontario, en Canadá, tiene varios informes al respecto. Según la entidad educativa, la cáscara de la mandarina se puede y debe comer. En la misma hay compuestos que ayudan a prevenir enfermedades de gran calado, como el cáncer de pecho, de ovarios o de pulmón. También construye a reducir los niveles de colesterol, pues esta contiene hasta 20 veces más antioxidantes que la pulpa. La cifra marea, ¿verdad?

Varios aspectos más a contemplar para decidirte y comerte la piel de las mandarinas. Se trata de un alimento que es un desintoxicante natural. La cáscara de la mandarina ayuda a depurar el organismo. Otra aplicación es la que indica que se pueden tratar problemas gastrointestinales con la cáscara de estas frutas, aumenta la saciedad y mejora el sistema inmunológico.

Si te resulta desagradable comer la cáscara a mordiscos, está la opción de preparar una infusión de cáscara de mandarina. Solo tienes que cortar la piel en trocitos y meterlos en un frasco 15 días. Pasado ese tiempo, ponlos a hervir en un cazo con agua hirviendo, añades las cáscaras, ya secas, y cuando lleve 10 minutos o así aparta y deja reposar. Buen provecho. Vas a comprobar en primera persona lo que esta bebida preparada en casa puede suponer para ti.

Foto destacada de @nakaridore en Freepik.

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