Las estadísticas ofrecen una certera idea y un correcto acercamiento a las decisiones de la mayoría, de allí que sean perfectamente utilizadas como identificadores de la conducta de las masas. El sector inmobiliario está repleto de oportunidades de inversión, pero hay que tener sumo cuidado en la manera de proceder y la tendencia actual es la de comprar vivienda de contado, dejando a un lado o como última opción la posibilidad de endeudarse mediante una hipoteca.
Las soluciones habitacionales y financieras que involucran una hipoteca a largo plazo están perdiendo el protagonismo de antaño, en un mercado inmobiliario dominado por una creciente demanda de bienes raíces, como una medida de asegurar una inversión estable y creciente. Una estabilidad que evidentemente las hipotecas de vivienda son incapaces de ofrecer debido a la inestabilidad y a la volatilidad de los índices hipotecarios, como por ejemplo el euríbor.
Comprar vivienda ¿Crédito o contado?
Las opciones para acceder a una compra inmobiliaria no son muchas y básicamente es posible afirmar que se reducen a solo dos, o compras de contado o compras a crédito. Pero esta última opción, aunque ofrece las posibilidades de una excelente financiación, también integra una mayor y excesiva cantidad a pagar y además de ello no permite tener un férreo control, por el simple hecho de que las cuotas están atadas a la inflación.
Esta tendencia ha logrado convertir al crédito en un instrumento excesivamente caro y que las personas se lo piensan más de un par de veces para aventurarse en él. Una previsión que ha roto con todas las expectativas y cálculos de los expertos, quienes vaticinaban que para principios del 2023 la situación alcista de los indicadores conseguiría estabilidad. Una situación que no se ha presentado y que aún a estas alturas del segundo semestre del año se mantiene en alza.
La hipoteca de vivienda en plena caída
Todos los indicadores establecen que la compra de viviendas sin hipotecas está en pleno auge, aquí se incluyen los indicadores del Instituto Nacional de Estadística y del Colegio de Registradores, donde se evidencia que la baja remuneración de los depósitos nacionales y los riesgos de la bolsa han hecho que muchos miren a las viviendas como una perfecta oportunidad de inversión y por supuesto obviando el hecho de acceder a un crédito que implique financiamiento bancario.
El perfil del comprador actual
Aunque parezca inverosímil te preguntarás ¿Quién puede permitirse comprar una vivienda al contado?, hoy día existen varios perfiles de compradores capaces de conseguir una vivienda esquivando a las hipotecas. Y es que aproximadamente la mitad de ellos tenían una segunda residencia, la cual colocaron en venta y aprovecharon el dinero para la adquisición de su nueva compra, mientras que muchos otros accedieron a sus ahorros o pidieron dinero a su familia.
Los extranjeros con dinero para comprar inmuebles al contado representan cerca del 17% de los compradores actuales, cifras que han mantenido aumentos sustanciales desde los comienzos de la recuperación del sector inmobiliario. Conservando pleno dominio los ciudadanos de nacionalidad alemana, británica y francesa; quienes sin lugar a dudas son los que dominan la escena de las principales listas de clientes de compradores de viviendas y de inversiones inmobiliarias en España.
Los efectos de comprar vivienda al contado
Todo parece indicar que los efectos de las compras de vivienda bajo la modalidad al contado son los responsables de que los precios de las viviendas mantengan su baja moderación, por la sencilla razón de que el mercado aún se beneficia de la capacidad de ahorro de los clientes. Pero tampoco se vislumbra el porqué el mercado financiero no ha reaccionado en la búsqueda de mejores condiciones para los créditos financieros de vivienda, como por ejemplo las hipotecas.
Lo cierto es que el crédito hipotecario para adquisición de vivienda ha estado cayendo de forma estrepitosa, generado sin lugar a dudas por la subida de los tipos de cambio. Además del endurecimiento de los estándares para la entrega y la aprobación de créditos debido a una mayor percepción de riesgo por parte de las instituciones financieras y a rasgos generales por el incremento de las condiciones negativas relacionadas con la economía en general.