Para llevar a cabo un contrato de alquiler de una vivienda es imperativo involucrar a un par de figuras y una de ellas es el propietario de la vivienda. Este recibirá una renta por el alquiler o arrendamiento del inmueble y es una figura que ante la Ley de Vivienda de España y ante la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) está regido por ciertas obligaciones, pero también dispone de beneficios o derechos al momento de alquilar su propiedad.
El estado ofrece protección para las propiedades y por extensión para los propietarios de las viviendas que se entregan en alquiler y ha estado manejando políticas dirigidas a la plena reactivación del sector inmobiliario y de los bienes raíces. Un sector que depende de la confianza que el gobierno pueda ofrecer a los propietarios para que estos, sean pequeños o grandes tenedores, den en alquiler sus viviendas.
El rol del propietario al momento de alquilar una vivienda
El propietario de la vivienda, como su nombre lo indica, hace referencia al dueño por ley del inmueble y este está obligado por la misma ley a disfrutar de ciertos derechos y a tener por supuesto un paquete de obligaciones a ser cumplidas al momento de ejercer la figura de dueño del inmueble dado en alquiler o arrendamiento.
El pleno conocimiento de la legislación que regula la materia de los arrendamientos evitará un sinfín de problemas legales y mantendrá a los propietarios (pequeños y grandes) dentro de lo establecido según la legislación vigente, una legislación que sin dudas incentiva a los propietarios a dar sus viviendas en alquiler para paliar la crisis habitacional y despertar del largo letargo que el sector ha tenido por factores como la crisis económica y energética.
Los derechos de los propietarios de vivienda en alquiler
El derecho a recibir la renta: Uno de los más importantes está catalogado como el derecho del dueño de la vivienda a disfrutar de la renta mensual que genera el hecho de tener la vivienda en alquiler. Este pago debe llevarse a cabo según lo establecido (fecha y forma) y acordado en el contrato de arrendamiento pactado entre las partes.
La actualización de la renta por parte del propietario: El dueño tiene el derecho de actualizar el monto de la renta de alquiler de la vivienda según las condiciones establecidas por las leyes y acordadas en el contrato de alquiler. La Ley actual establece un tope máximo de un 2% hasta el 2023 y de 3% para el 2024, mientras se consigue establecer un nuevo índice referencial.
Derecho a recuperar la casa por necesidad: Bajo determinadas circunstancias, todo propietario puede recurrir a la recuperación de su vivienda para ser usada en lo personal o para un familiar directo en primer grado. Siempre con la legalidad de estar especificada esta cláusula dentro del contrato pactado entre las partes. La solicitud de desalojo como derecho: El dueño esta es la potestad de solicitar el desalojo por causa de incumplimiento del contrato por parte del inquilino. Dentro de las causas más comunes está el atraso en el pago de la renta o el hecho de subarrendar la propiedad sin el necesario permiso por parte del propietario.
La venta de la propiedad: La venta de la propiedad es un derecho exclusivo del dueño de la misma, aunque deberá darle la primera oportunidad de compra al inquilino. Esta modalidad es conocida como derecho de tanteo y retracto y es legal a menos que se haya renunciado a ella en el contrato de alquiler. Así mismo, el dueño puede subir el alquiler al ejecutar obras de mejoras de la vivienda después de cinco años de la firma del contrato.
El propietario de la vivienda en alquiler y sus obligaciones
La vivienda en óptimas condiciones: Las condiciones de habitabilidad de la vivienda es una obligación de todo propietario y está obligado por la ley a llevar a cabo las gestiones y las reparaciones necesarias pertinentes. Así mismo, el hecho de respetar la privacidad del o los inquilinos, esto ratifica el hecho de no poder entrar a la vivienda sin el consentimiento del inquilino.
Devolver la fianza es un deber del arrendador al finalizar el contrato de alquiler a menos que haya daños demostrables o pagos pendientes. Además de proporcionar al inquilino el recibo por cada renta pagada y la obligatoriedad de pagar las averías que no sean ocasionadas por el inquilino, aquí las más comunes están relacionadas con el sistema eléctrico, la caldera y las tuberías.