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Salud y limpieza en tu cama: la frecuencia ideal para cambiar tus sábanas

Si no lavas tu ropa de cama con cierta regularidad puedes sufrir alergias, rinitis, urticaria y hasta problemas de acné

Seguro que más de una vez te ha surgido la duda de cada cuanto tiempo debes cambiar las sábanas de tu cama. ¿Cada semana?, ¿Cada quince días? ¿Cuándo estén sucias? Dependiendo de cada situación, cualquiera de estas tres opciones es buena. También puedes hacerlo a diario si, por ejemplo, tus hijos todavía se hacen pis en la cama o eres de los que sudan demasiado. En resumen, aunque dependiendo de las circunstancias la periodicidad puede ser una u otra, según los expertos sí que hay un momento determinado en el que deben echarse a lavar y poner sábanas nuevas.

Por razones de higiene y también de salud, pues si las sábanas -también las fundas de almohada, las fundas nórdicas y el resto de ropa de cama- no se lavan con cierta frecuencia, es probable que en ellas se acumulen ácaros, bacterias y diferentes tipos de suciedad como restos de maquillaje o cremas, pelos, partículas de plantas o animales, saliva o sudor, entre otros. Y ya se sabe que demasiados microorganismos, según para qué cosas, no son del todo beneficiosos. Por ello, ante la duda, mejor seguir las indicaciones de los profesionales en el ámbito de la higiene sobre su recambio y evitar así consecuencias no deseadas.

Si no cambias la ropa de cama con esta periodicidad, tu salud puede verse resentida

Cambiar las sábanas y las fundas de almohada con regularidad tiene múltiples beneficios para la salud, pues dormir con ropa de cama limpia puede favorecer el sueño y que este sea más profundo y reparador. Además, así te evitas la molesta urticaria -¿quién no se ha dado cuenta de que llevaba tiempo sin lavar sus sábanas hasta que ha comenzado a picarle todo el cuerpo?- y hasta la rinitis, además de la aparición de diferentes tipos de alergias.

una cama deshecha

Pues bien, si quieres seguir al pie de la letra lo que indican los profesionales, en los meses de invierno debes lavar tus sábanas al menos cada siete días, es decir, con una periodicidad semanal, o cada diez días como mucho, aunque, como decíamos antes, esta puede cambiar en función de los hábitos de sueño. Aquellas personas que duermen sin pijama deberían lavarlas dos o tres veces a la semana, lo mismo que los que suelen sudar por las noches. También es aconsejable durante los meses de verano.

Y es que generamos más desechos de los que creemos. ¿Sabías que un hombre de altura y peso medio puede liberar cada año en la cama hasta 100 litros de sudor?, ¿Y qué las sábanas sucias favorecen la aparición de espinillas? Por ello, es importante seguir las indicaciones de lavado de los expertos. A estas recomendaciones debes añadir otra también muy importante: cada mañana, a ser posible, estira las sábanas y deja ventilando tu habitación durante unos minutos. Con un cuarto de hora será suficiente.

En cuanto al nórdico, lo más aconsejable es lavarlo cada seis meses, especialmente si es de plumas -en verano, al igual que las sábanas, debes hacerlo con más frecuencia-, mientras que el colchón debe airearse al menos una vez al año. Las colchas, cada tres o cuatro meses deberían también pasar por un proceso de lavado, ya sea a mano o a máquina. Así mantendrás los ácaros, hongos -se pueden acumular hasta una veintena de tipos diferentes durante la noche-, células muertas y microorganismos a raya.

En lo relativo al lavado de estos textiles propiamente dicho, depende mucho del tejido de nuestras sábanas o fundas. La gran mayoría resiste ciclos de lavadora a 60º de temperatura, aunque los más delicados, somo lino o satén, es recomendable no pasar de los 30º centígrados para evitar su desgaste. Para garantizar una completa desinfección, plancha bien tu ropa de cama, pues el calor favorece la eliminación de todo tipo de suciedad.

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