El mundo inmobiliario esté repleto de soluciones habitacionales hechas a la medida de las necesidades, pero igualmente las instituciones financieras han logrado inmensos aportes a esta situación y uno de ellos son las hipotecas. Disponibles en variedades suficientes para satisfacer cualquier necesidad del mercado inmobiliario y ajustándose a las medidas de los clientes, con la intención de ser flexibles y conseguir que los usuarios puedan tener vivienda propia.
Muchas hipotecas están plenamente dirigidas a la adquisición de edificaciones ya finalizadas, pero existe una modalidad denominada hipoteca autopromotor la cual va dirigida a la construcción de la vivienda cuando se trata por ejemplo de una finca rústica. Es decir, un préstamo especialmente diseñado para el caso específico en el que el interesado tiene la propiedad del terreno y requiere de los fondos para la construcción de la vivienda.
La hipoteca autopromotor de vivienda
Y así como está catalogada como una hipoteca de carácter especial, este tipo de préstamo hipotecario conocido como hipoteca de autopromoción dispone de unas condiciones también particulares. Ya que se trata de una entrega de capital muy diferente a las hipotecas tradicionales, donde además de ello son más caras y por regla general son más exigentes con los requisitos y los permisos.
Además de correr con el riesgo de no tener un inmueble ya disponible como respaldo ante el banco, una situación que si ocurre cuando la hipoteca es tradicional y basada en una vivienda ya construida. Es importante que conozcas que este tipo de préstamo se ajusta a un presupuesto muy concreto, por lo que si te equivocas en los cálculos y te quedas corto, es posible que la hipoteca autopromotor no cubra los gastos íntegros de toda la construcción.
Una hipoteca que te permite construir la vivienda
Pero también tiene sus ventajas y es que las hipotecas autopromotor son geniales para ahorrar dinero desde el punto de vista de las comisiones inmobiliarias, por la simple razón de que tú mismo actuarás como agente inmobiliario. Un ahorro significativo que a rasgos generales puede llegar a un 20 % o un 30 % del importe total del proyecto.
Requisitos para acceder a este préstamo inmobiliario
En toda hipoteca autopromotor el interesado (ahorrista) tiene que convencer al banco de la viabilidad del proyecto y de allí que sea de suma importancia cumplir a cabalidad con una serie de recomendaciones y de requisitos. Siendo el de mayor destaque la solvencia del deudor, donde se demuestra con la respectiva documentación que existen buenos ingresos, así como un buen nivel de ahorro y una situación laboral catalogada de estable.
Muchas veces estos requisitos no bastan por la sencilla razón de que la vivienda aún no está construida y el ahorrista tendrá que consignar una serie de documentos, destacando la propiedad del terreno donde construirás la vivienda y mucho mejor si el terreno está catalogado como suelo urbano y por supuesto que esté registrado a nombre del solicitante en el correspondiente Registro de la Propiedad.
La licencia de construcción de vivienda concedida por el respectivo ayuntamiento, el proyecto de viabilidad de la edificación, debidamente realizado por un arquitecto colegiado y validado por el respectivo Colegio de Arquitectos. Así como el certificado de eficiencia energética que indique que la edificación cumplirá con las exigencias necesarias de sostenibilidad y el infaltable presupuesto de una empresa constructora para la ejecución de la obra.
La financiación en la hipoteca autopromotor
El importe prestado siempre será menor o igual al de las hipotecas tradicionales, por lo que no superará el 80 % del valor total de la propiedad. Y es que como en este caso no existe ningún precio de tasación, el banco utilizará el presupuesto de ejecución de la obra como un indicativo y medidor del valor con respecto al importe a financiar, con plazos de 30 años para este tipo de préstamo.
También es importante recalcar que la financiación de una hipoteca autopromotor será en la justa medida de los avances de la edificación, es decir, el banco o entidad financiera irá entregando el capital a medida que se vayan cumpliendo las metas trazadas o las fases de la edificación de la vivienda. Implicando periodos promedios de un par de años y tres plazos generales: fase suelo, fase de certificación y fase de fin de obra.