Comprar una finca rústica es un tema que está dando mucho de qué hablar y es que actualmente es una opción muy buscada y valorada al momento de adquirir una vivienda, tanto para ser destinada como inversión o para disfrutar de los beneficios que implica el hecho de alejarse de la ciudad y disfrutar de los múltiples beneficios que ofrece el campo y la explotación de los incontables recursos naturales que la ley permite para los suelos rústicos.
Las posibilidades que entrega una finca rústica son variadas y no tienen por qué limitarse al simple hecho de tener un espacio destinado al ocio y que esté rodeado de un entorno natural. De allí que existan muchas posibilidades a tener en consideración al momento de pensar en invertir en una finca rústica, sin olvidar que el estado establece muchas normativas y limitaciones relacionadas con la construcción y remodelación de una vivienda en una finca rústica.
Las fincas rústicas ofrecen más que una vivienda
Las fincas rústicas pueden perfectamente utilizarse como una vivienda, siempre y cuando la construcción ya esté incluida al momento de la adquisición de la propiedad, la razón es sencilla y tiene que ver directamente con las exigentes normativas y regulaciones que el gobierno y las Comunidades Autónomas establecen para la preservación de este tipo de suelos rurales.
Sin embargo, y pese a estas restricciones, es posible sacar el máximo provecho con algunas posibilidades de invertir en este tipo de suelos y rehabilitar una vivienda ya construida para disfrutar de la comodidad de una vivienda principal. U optar por la instalación de una casa prefabricada móvil, la cual por sus características no es catalogada como un inmueble y, por lo tanto, no está atada a las severas restricciones de las viviendas tradicionales.
Vivienda de campo: Tres opciones para las fincas rústicas
¿Decidido a invertir en una finca rústica? Hoy día las opciones son variadas y están en pleno crecimiento de aceptación, con grandes inversiones de capital local y extranjero que auguran un futuro prometedor para este tipo de propiedades inmobiliarias y que pese a las restricciones relacionadas con la construcción de nuevas viviendas, han logrado prosperar y hacerse muy deseadas gracias a estas tres opciones disponibles para una finca rústica.
Destinar la finca rústica para recreación
Si destinas la compra de una finca rústica única y exclusivamente para recreo, puedes disfrutar a plenitud de estupendos momentos de recreación y descanso para los fines de semana y los días festivos en una perfecta conjugación de diversión y naturaleza. La gran mayoría de las fincas rústicas incluyen construcciones que han sido habilitadas como vivienda, para estar al día con la normativa y las leyes vigentes.
Recuerda que las fincas rústicas no pueden destinarse a ningún tipo de explotación inmobiliaria, a menos que las autoridades competentes y la administración pública correspondiente hagan una reclasificación oportuna del terreno. Sin embargo, al momento de comprar una finca rústica puedes disponer de la opción de reformar o rehabilitar (con limitaciones de altura y de dimensiones) las construcciones ya existentes.
Utilizar la finca rústica para turismo rural
Las opciones relacionadas con el uso de las fincas rústicas están en pleno auge y una de las más buscadas es la de establecer un negocio de turismo rural, una inversión que asegura la rentabilidad de las tierras gracias al atractivo que genera el campo para muchos clientes que quieren respirar aire puro y estar en pleno contacto con actividades recreativas donde se incluya a la naturaleza y disfrutar de hermosos paisajes.
Muchas Comunidades Autónomas no ofrecen permisos para la construcción de nuevas viviendas, pero al enfocar la finca rústica hacia la explotación del turismo rural podrás rehabilitar las construcciones existentes y adecuarlas a las necesidades. Además de lograr construir instalaciones deportivas, docentes y de carácter cultural, siempre y cuando estén destinadas a la defensa del medio ambiente, así como a la construcción de infraestructuras de generación de energías.
Darle un uso par explotación agrícola o ganadera
También es posible darle un uso a la antigua usanza y este consiste en la explotación de los recursos forestales, agrícolas y ganaderos que la finca rústica pueda proveer. Bajo esta modalidad es posible construir nuevas edificaciones siempre y cuando estas tengan relación directa con la explotación o la actividad a desarrollarse dentro de las tierras rurales para ayudar directamente al propietario en la producción: establos, almacenes, viviendas, fabricas.