Este año 2023 ha sido especial para el sector inmobiliario porque entro en vigencia la nueva de Vivienda en España, desde el 26 de mayo los debates no se han hecho esperar y las actualizaciones referentes a las nuevas normativas están en la mente de propietarios e inquilinos. Los impactos de la nueva Ley están sobre la mesa y abarcan una gran cantidad de temas como los alquileres, las ventas y la inversión en inmuebles a nivel nacional y regional.
Muchos españoles están destinando sus ahorros a las inversiones inmobiliarias, donde las fincas rústicas y las viviendas son plenas protagonistas de este boom en un sector que ha sido ampliamente abordado por el gobierno español. Este desarrollo de políticas tiene como meta lograr afianzar el desarrollo y la activación del sector inmobiliario a los tiempos prepandémicos y precrisis y así lograr impulsar la economía nacional.
La nueva Ley y la venta de vivienda en España
Toda Ley implica consecuencias inmediatas, a mediano y a largo plazo, y la Ley de Vivienda española de 2023 no es ajena a esta afirmación, estableciendo un marco que funcione como normativo, seguro y equitativo para los propietarios y los inquilinos. Además, goza de promover el acceso a vivienda digna para todos los ciudadanos y en la correcta gestión de la regulación de los precios de vivienda y de alquileres en las llamadas zonas tensionadas.
En efecto, una normativa que afecta a la venta de los inmuebles debido a que sus efectos son inmediatos y por el hecho de que se establecen zonas especiales dentro del territorio español con normativas especiales para estas áreas. Al igual que un cambio preciso en la normativa que regula la inversión y en la denominación de los grandes y pequeños tenedores, lo que a su vez genera efectos que evidentemente antes no existían.
Efectos secundarios y colaterales de la Ley de Vivienda
Aunque la nueva Ley de Vivienda de España centra la gran mayoría de sus cambios y normativas hacia el numeroso sector de alquiler de la vivienda, es importante mencionar que La nueva Ley y sus efectos han retumbado en la mente de los propietarios actuales. Gracias a que también mantiene una cuota de efectos directos sobre la compraventa de vivienda, con una afectación inmediata y en todo el territorio nacional.
Uno de los efectos más significativos es el de un descenso en la oferta de los alquileres, teniendo en plena consideración que existe una demanda con un constante crecimiento. Pero la indecisión y la falta de conocimientos de los actuales propietarios dilatan la posibilidad de venta o de alquiler de las viviendas, contrayendo aún más un mercado que ya arrastraba problemas como el de la crisis de los combustibles y la recesión económica.
El desequilibrio de la balanza inmobiliaria con respecto a las excesivas normativas para alquilar también podría influir en que muchos de los propietarios actuales decidan vender sus viviendas para evitar tener que lidiar con la nueva normativa para los alquileres. Una situación que inclinaría la balanza hacia la decisión de querer vender y que habría que esperar el desenlace para verificar cómo afectará los precios finales de las viviendas.
El mercado de venta de vivienda incierto
La desaceleración en el mercado de compraventa parece ser la opción más acertada del mercado inmobiliario tras la implementación y la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda española, pero con medidas que podrían cambiar de la noche a la mañana y estabilizar o dar un vuelco contundente en la dirección de las normativas actuales, aunque también supondría más incertidumbre y resistencia al cambio por parte de los inversores y dueños de vivienda.
Lo innegable es que el mercado inmobiliario es incierto y muy dinámico, por lo que su capacidad de adaptación es amplia y flexible. Un punto a favor de una excelente tasa de adaptación a las diversas circunstancias, pero con una gran cantidad de desafíos para los propietarios actuales y futuros, así como con la gran ventaja de permitir abrir nuevas e innovadoras soluciones para todo el mercado inmobiliario y de vivienda español.