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Cómo conseguir que los niños ayuden en las tareas del hogar

Aprender a delegar e iniciar a los pequeños en la limpieza a temprana edad son claves para que tener la casa perfecta sea un trabajo de equipo

Muchos padres se sobrecargan de responsabilidades y asumen todas las tareas domésticas: cocinar, limpiar, hacer las camas, lavar la ropa y un largo etcétera. Pero abarcarlo todo sin ayuda resulta agobiante y agotador. Por eso es importante aprender a delegar en casa e incluir a los niños y adolescentes en el proceso de limpieza de la misma. Asignarles pequeños quehaceres no solo les permitirá sentir que son parte de la familia, sino que también aprenderán a respetar lo que haces cada día.

Asimismo, se trata de toda una oportunidad para aprender las herramientas que necesitarán como adultos jóvenes.  Bien es cierto que puede parecer un largo camino y que uno de los retos más complicados en casa, es conseguir que los niños ayuden con la limpieza y el orden en casa. Pero algún día llegará el momento de enseñarles determinadas cosas necesarias para la edad adulta, ya sea poner la lavadora, limpiar los baños o ayudar en la cocina. Como casi todo en esta vida, aquello que los más pequeños no se acostumbren a hacer a temprana edad, cuando sean mayores será mucho más complicado.

¿En qué nos pueden ayudar los más pequeños?

Hasta los cinco o seis años, nos ayudarán en casi todo, debido a que están en la etapa en la que repiten todo lo que ven o escuchan, pero a partir de dicha edad es posible que ciertas cosas empiecen a darles pereza, y entrando en la adolescencia mucho más…, por lo tanto, es importante que cojan el hábito pronto porque así, se acostumbrarán a hacerlo de forma automática, incluso sin que se lo mandes.

niña pequeña fregando platos con un adulto

Si te gustaría que este fuera el caso de tus hijos y así no tener que estar detrás de ellos todo el día para conseguir que tengan su cuarto, su ropa o sus juguetes ordenados, siendo en la mayoría de los casos una «misión imposible», sigue leyendo porque vamos a darte algunos consejos para conseguir que se animen a ayudarnos y en qué tareas es aconsejable que lo hagan, así como cuáles quedarían descartadas, al menos al principio.

El psicólogo Bethany Cook, de Chicago hace tres recomendaciones para conseguir que la limpieza y el orden del hogar sea una labor conjunta, es decir, que se involucre toda la familia. Para empezar, se ha de convertir en una actividad divertida. Para la gran mayoría, limpiar suele ser aburrido, pero podemos darle la vuelta con un poco de imaginación. Por ejemplo, poner la música favorita de los niños mientras se hace la limpieza. Después, hay que adaptar la tarea a su mentalidad. A los niños no les gusta recoger la ropa sucia, pero si le retas a crear un montón de ropa más alto que él o a meter los juguetes en el cesto lanzándolos desde cierta distancia, lo convertirá en un juego y le pondrá más ganas.

Las responsabilidades pueden parecer una eternidad si son aburridas, por eso cuanta más diversión puedas añadir a la actividad, mucho mejor. Saber que hay algo divertido planeado para después de una labor rutinaria es otra forma de mantener una sonrisa en sus rostros. Ya sea un paseo al parque o los columpios, o una tarde de cine viendo su película favorita, sabrán que hay «una luz al final del túnel».

El segundo consejo es asignar tareas según la edad. Por ejemplo, hasta los 5 años pueden hacer cosas como apilar libros, meter los juguetes en una cesta, recoger la ropa, o vaciar las papeleras. Entre los 6 y 10 años ya están preparados para regar las plantas, poner la mesa, prepararse el almuerzo del colegio, poner el lavavajillas o pasar el aspirador. Y a partir de 10 años ya deben pasar a tareas más exigentes, como vaciar el lavavajillas, limpiar las encimeras y los cristales, doblar la ropa, hacer la cama, barrer, e incluso cocinar algunos platos sencillos.

Asimismo, a la hora de lavar y ordenar la ropa, podemos pedirles que nos ayuden a doblar las camisetas, los pantalones, los calcetines, e incluso guardar estos últimos en el armario. Si se tiene una mascota, también se puede dejar en sus manos la alimentación de la misma, aunque en este caso mejor bajo supervisión, para que le ponga la cantidad correcta de pienso. Que el animal relacione al niño con cosas positivas, por supuesto, también es un punto a favor.

En tercer lugar, Cook aconseja personalizar los utensilios de limpieza. Si se va a dejar que los niños usen la escoba, un recogedor, o un trapo para quitar el polvo, no le dejes los tuyos. Permite que tengan sus propias herramientas de limpieza personalizadas. Compra alguna de colores llamativos y ponle una pegatina con su nombre, pegatinas decorativas, dibujos, o lo que se te ocurra para hacerlos más atractivos para ellos. Son conceptos sencillos de seguir, y si consigues crear un hábito, cuando sean mayores limpiarán la casa por costumbre, sin necesidad de que estés detrás de ellos para hacerlo.

Y sobre todo, hay que saber esperar a los resultados. A largo plazo, delegar responsabilidades en tus hijos aliviará tu carga y te dará más tiempo para disfrutar con ellos. Pero a corto plazo, la implementación de nuevos sistemas requerirá paciencia, ya que no todos estarán a la altura de inmediato. Así que no te desanimes si la decisión de dejar en manos de los demás las tareas del hogar no funciona perfectamente desde el primer día, si estas no se completan correctamente o los niños protestan. Persevera y terminarán por comprender la nueva dinámica que existe en casa.

¿Cómo motivamos a los niños y adolescentes para que nos ayuden?

Además de intentar convertir en un juego las tareas de casa, así como darles alguna pequeña recompensa cuando ayuden, los expertos señalan que nunca debemos criticar a los pequeños si no lo hace bien, ya que relacionarán las tareas de casa con algo negativo… Hay que tener toda la paciencia del mundo, si es necesario, para que aprenda. Elogiarles y mostrarles cómo hacerlo de manera diferente le proporcionará un resultado más positivo.

A veces puede parecer más sencillo hacer todo tú, pues piensas que acabarás antes y el trabajo quedará mejor. Pero esto solo dará como resultado que terminarás haciendo todas las cosas sin ninguna ayuda. Además, el niño creerá que, si no hace algo bien la primera vez, no tendrá que volver a intentarlo. Por ello, delegar es fundamental, así como hacerlo de forma organizada. Usa, por ejemplo, una pizarra para anotar las funciones que le tocan a cada uno y ubicarla en un lugar visible para todos. Así nadie podrá decir que esa actividad no se le había asignado y se reducirán las quejas.

Se estima que, a la semana, dedicamos entre 6 y 9 horas a las tareas del hogar, a lo que hay que sumar la limpieza de las diferentes superficies. Lógicamente, depende de muchos factores, el tener que dedicarle más o menos tiempo, pues si se genera mucho polvo deberemos limpiarlo más a menudo, si se trata de una familia de muchos miembros se utilizarán más platos y cubiertos durante las comidas, si tenemos mascotas tendremos más que limpiar… Sea como sea, implicar a los niños en estas tareas, ayudará a que adquieran conocimientos que les valdrán para en un futuro valerse por si solos, así que como para desarrollar su concepto de la responsabilidad.

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