Separar la basura que producimos día a día es algo importantísimo para conservar el medio ambiente, pues es el ABC del reciclaje. Guardamos los restos de papel y cartón para luego tirarlos al contenedor correspondiente, hacemos lo mismo con el vidrio, con el plástico…
Pero ¿y qué pasa con el aceite usado o las pilas alcalinas usadas, por ejemplo? El reciclaje de estos residuos es posible en un punto limpio o punto ecológico. A lo mejor ya sabes qué es, o incluso has tenido la oportunidad de visitar uno alguna vez, pero en caso de que no, en este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber al respecto.
¿Qué es un punto limpio?
Se trata de una instalación dedicada a la recogida y catalogación de residuos que producen los ciudadanos: tan simple como eso. En este sentido, realiza una labor muy parecida a los contenedores de reciclaje que normalmente se encuentran junto a los cubos de basura en la vía pública. No obstante, la gran diferencia entre un punto limpio y un contenedor de reciclaje típico es que en esta instalación se pueden reciclar todo tipo de residuos y restos: pilas, aceite de cocina, muebles, basura tecnológica como electrodomésticos obsoletos…
Estas grandes instalaciones están gestionadas por el Ayuntamiento de la localidad en la que se ubiquen. Por ello, las grandes ciudades suelen contar con puntos limpios más grandes en cuanto a la extensión y con más personal contratado, mientras que a pueblos y ciudades pequeñas les sucede lo contrario. También tenemos que decir que existen dos tipos de punto limpio:
- Punto limpio fijo: es una gran instalación de reciclaje de residuos a la que se puede acudir a pie o en cualquier vehículo.
- Punto limpio móvil: en muchos casos es un camión con personal del punto limpio más cercano que se desplaza a diferentes barrios una vez por semana para facilitar el depósito de los desechos sin necesidad de que el ciudadano se desplace hacia el punto limpio fijo. Es una iniciativa que facilita mucho las cosas, ya que normalmente este camión se desplaza a las zonas más alejadas de esta instalación.
¿Qué se puede llevar a un punto limpio?
Como hemos explicado con anterioridad, en un punto ecológico se puede tirar prácticamente cualquier residuo o desecho que produce el ciudadano en su día a día. En líneas generales, se puede decir que aceptará los siguientes tipos de residuos:
- Cartón y papel: al igual que en los contenedores de reciclaje de color azul.
- Cristales y vidrio: al igual que en los contenedores de reciclaje de color verde.
- Envases y plástico: al igual que en los contenedores de reciclaje de color amarillo.
- Metales y objetos metálicos de un volumen medio
- Ropa y calzado
- Madera y objetos fabricados con este material
- Aceite de vehículos de motor
- Aceites de cocina usados: estos aceites deben traerse dentro de un recipiente bien cerrado (por ejemplo, una botella de plástico).
- Radiografías
- Medicamentos
- Pilas y baterías usadas: también baterías de teléfono móvil.
- Baterías de automóviles
- Todo tipo de basura electrónica: televisores, ordenadores, móviles, afeitadoras eléctricas…
- Pinturas: tanto acrílica como sintética, así como barnices y disolventes.
- Escombros: siempre y cuando procedan de obras domésticas.
- Electrodomésticos grandes: desde neveras a aires acondicionados, pasando por lavadoras y lavavajillas.
- Muebles: colchones, camas, mesas, puertas, ventanas… De todo tipo.
- CDs, DVDs, cajas de plástico, cartuchos de tinta de impresora gastados…
- Termómetros: y también elementos que lleven mercurio.
- Restos vegetales de podas y desbroces
- Objetos decorativos: como espejos o cuadros.
Como has podido comprobar, en un punto limpio se puede tirar prácticamente de todo, aunque evidentemente hay algunas excepciones: no muchas, pero las hay. Son las siguientes:
- Residuos sin separar
- Residuos orgánicos
- Neumáticos de vehículos
- Residuos radioactivos y tóxicos
- Residuos médicos que puedan ser infecciosos
- Recipientes que hayan contenido materiales tóxicos o potencialmente peligrosos
¿Cómo funciona?
Esta instalación es el lugar intermedio entre el ciudadano y la transformación final de ese residuo, la cual no se da en el mismo punto limpio. El proceso es el siguiente: se recogen y se catalogan los diferentes tipos de desechos, y después se encargan empresas públicas y privadas contratadas por el Ayuntamiento de la ciudad o el pueblo en cuestión para recogerlos y transportarlos hasta la planta de tratamiento correspondiente según el caso y la naturaleza del residuo.
En resumidas cuentas, el punto limpio nos lo pone muy fácil si queremos reciclar. Recordad: el reciclaje es algo muy importante, incluso con los trastos grandes que nunca pensabas que se podían reciclar. El cuidado del medio ambiente es vital para mantener el planeta limpio y habitable para todos. Por lo tanto, que recicles es un acto de solidaridad con el resto de las personas, que desde este medio te animamos a llevar a cabo siempre que puedas.