La compraventa de una propiedad inmobiliaria involucra muchas aristas y está repleta de trámites burocráticos, de allí que toda persona interesada en vender o en adquirir una vivienda generalmente acceda a contratar los servicios de una agencia inmobiliaria especializada en la rama. Lo cierto es que no todos ellos mantienen la misma tasa de importancia, ni la misma aplicación, ni temporalidad; porque están los trámites antes, durante y después de la compra.
El registro de la vivienda no está catalogado como un trámite obligatorio, pero que sin lugar a dudas es una decisión de las más recomendables por la propia seguridad de los involucrados en la operación inmobiliaria. Llevar a cabo la inscripción de la vivienda en el Registro de la Propiedad es primordial para crear la titularidad sobre cualquier bien inmueble y por consiguiente favorecer y potenciar la seguridad jurídica de los mismos.
La vivienda y el Registro de la Propiedad
La titularidad de los inmuebles y la oportuna dosis de seguridad y protección al propietario de buena fe frente a terceros, son solo algunos de los beneficios que implica el simple hecho de inscribir el bien en los Registros de la Propiedad. Un requisito que aunque no es obligatorio por la Ley, está ampliamente recomendado inscribir la vivienda en el registro que le corresponda.
Y es que dentro de las posibilidades existentes luego de la inscripción en el Registro de la Propiedad está el hecho de que los derechos del inmueble quedan protegidos bajo la figura de los tribunales y por extensión es un recurso que facilita la transmisión, venta, herencias y donaciones de inmuebles, así como la obtención de financiación bancaria (préstamos hipotecarios) para cumplir con muchas de estas obligaciones.
Ventajas de inscribir un inmueble en el Registro de la Propiedad
Todo aquel que figure en la inscripción del Registro de la Propiedad podrá ser considerado como propietario del inmueble inscrito. Con la obtención de la debida seguridad jurídica y con la premisa de que la Ley tomará como referencia a la persona que figure como propietaria en el Registro de la Propiedad, a menos que una sentencia judicial declare lo contrario.
Se facilita y acelera el proceso de compraventa y las solicitudes de hipotecas de vivienda ante las instituciones bancarias. También es un mecanismo efectivo para evitar que se graven cargas ocultas referentes al inmueble, en caso de que estas no hayan sido declaradas al momento de la inscripción en el Registro de la Propiedad.
El ofrecimiento de seguridad jurídica preventiva también es de una destacada importancia, porque al momento de formalizar la inscripción de las titularidades se están inscribiendo los derechos que se encontrarán bajo salvaguarda de los Tribunales competentes y se comenzará a considerar como cierto todo aquello que consta en el escrito del Registro de la Propiedad.
Seguridad jurídica y acceso pleno a hipotecas
Pero las ventajas de la inscripción de un inmueble o vivienda en el Registro de la Propiedad van más allá de las ya mencionadas y es que te permite evitar una gran cantidad de posibles situaciones complicadas, como por ejemplo que los acreedores embarguen el inmueble en caso de que el anterior propietario tuviera alguna deuda. Es decir, este Registro es una forma clara y sencilla de determinar que la vivienda está libre de cargas, deudas y embargos.
Además, le otorga al propietario todos los derechos relativos al inmueble y al mismo tiempo evita que cualquier otra persona pueda hacerse con estos derechos, sin el previo consentimiento del propietario del inmueble. Y por supuesto, uno de los más grandes beneficios es optar a las ventajas de los créditos hipotecarios, ya que los bancos establecen como requisito indispensable para contratar una hipoteca que la vivienda esté inscrita en el Registro de la Propiedad.