Cuando queremos conseguir mejoras sobre nuestro cuerpo poniendo el foco en los alimentos es muy común apuntarnos a seguir algún tipo de dieta predeterminada porque garantiza unos resultados generales.
Sin embargo, la alimentación consciente propone un método algo menos rutinario. ¿Y si nos paramos a escuchar qué es lo que realmente necesita nuestro cuerpo?
¿Qué es la alimentación consciente?
La alimentación consciente es un movimiento alimentico que consiste en dedicar atención plena a nuestros hábitos de alimentación. No solo a qué comemos, que por supuesto, sino a todas las sensaciones físicas y fisiológicos que percibimos a través de la información que nos envía nuestro cuerpo, tales como la saciedad, el hambre, satisfacción, bienestar o malestar, etc. Así como a llevar un orden, horarios y rituales de comida controlados.
Cómo conseguir una alimentación consciente
Llevar a cabo una alimentación consciente puede ser muy sencillo si se siguen una serie de pautas que ayuden a hacer de tus ratos para comer un momento al que puedas prestar atención plena. Hay que dejar atrás comer cualquier cosas, con prisas. Eso de comer algo, lo que sea, para seguir con lo que estemos haciendo. Alimentarnos bien es imprescindible para una buena calidad de vida y existen una serie de hábitos que nos ayudan a conseguirlo.
Un momento para escuchar a tu cuerpo
Antes de comer es muy recomendable tener un momento de reflexión sobre el estado del organismo. ¿Tenemos hambre? ¿Cuánta? ¿Qué necesitamos según nuestra actividad y sensación? Son preguntas a las que es conveniente dar respuesta antes de elegir los alimentos.
Una de las recomendaciones de los expertos es saber diferenciar entre apetito o hambre psicológico de hambre fisiológico. Saber sin necesitas alimentarte o solo un tentempié para calmar un antojo es importante para no comer más ni menos de lo necesario.
Comer algo de pie o sentarse a la mesa
Picar algo de pie está bien cuando estamos de tapas o en alguna situación distendida. Pero lo que realmente forma parte de una alimentación consciente es sentarte y dedicar tiempo, reposo y atención a tu comida. Poner la atención de nuestro cuerpo en lo que esta comiendo, agiliza la sensación de saciedad y aporta mucha más información fisiológica sobre si los alimentos que vamos a tomar son los adecuados según nuestras necesidades.
Evita las distracciones
Nos hemos acostumbrado a comer viendo la televisión y, en los últimos años, masticar como acto reflejo mientras prestamos atención e interactuamos con el teléfono móvil o las redes sociales. Puede parecer un tanto estricto renunciar a estos hábitos, pero está comprobado que comer mientras se presta atención a otra actividad favorece que «nos aburramos» de la comida antes de terminar de comer, o que se enfríe y no terminemos de comer la cantidad que necesitamos.
Esto hace que tengamos hambre de nuevo al poco tiempo y habitualmente optamos por comer cualquier cosa que nos calme ese apetito residual. Es muy importante a la hora de comer prestar atención a nuestros alimentos y a cómo los está recibiendo el cuerpo,
Mastica, no eres un pato
No es posible tener una alimentación consciente si no nos da tiempo a tomar consciencia de lo que estamos comiendo. Disfruta de la comida, mastica despacio, deja un momento entre bocado y bocado. Comer rápido suele hacer que no nos demos cuenta de que nos hemos pasado con la comida cuando ya se ha terminado de comer. Una alimentación con tranquilidad permite que puedas parar en tu estado de saciedad y satisfacción. Ni más ni menos de lo que necesitas.
Prepara un menú diario, lleva el control de lo que comes
En la actualidad existen varias aplicaciones para teléfonos móviles que te ayudan a llevar un control de lo que comes. Tanto en variedad como en la cantidad de cada nutriente que has ingerido y por lo tanto, de los que necesitas. Son muy útiles.
Pero no es necesario llegar a tanto si no quieres un control tan milimétrico de tu alimentación. Basta con que prepares un menú diario y vayas anotando lo que comes cada día para no repetir alimentos innecesarios. Te ayudará a llevar una alimentación más equilibrada y completa, además del ahorro de tiempo que supone saber de antemano qué vas a comer. De esta manera, además, tienes más tiempo para pensar y llevar a cabo los pasos anteriores.