Ahora que empiezan a subir las temperaturas y tenemos más partes del cuerpo como los brazos, las piernas o los hombros expuestos al sol, es muy importante saber tenerlos protegidos. Las cremas protectoras son el remedio más habitual pero también podemos cuidar nuestra piel a través de una serie de alimentos.
Una piel joven y radiante es el resultado de una combinación de factores, entre ellos, la genética, el cuidado diario y la alimentación. Una dieta adecuada puede mantener la piel firme, hidratada y protegida de los efectos del envejecimiento.
Para una piel joven necesita sobre todo elasticidad y antioxidantes
A medida que pasan los años o cuando nuestra piel está más dañada por los efectos de elementos externos, como puede ser el sol, lo notamos principalmente en una pérdida de elasticidad. Notamos nuestra piel tirante y al arrugar o pellizcar una zona vemos cómo tarda un poco más en volver a su estado original.
Para mantener nuestra piel a salvo de la perdida de elasticidad, las células de la piel necesitan proteínas para su regeneración y para la producción de colágeno y elastina, que son las proteínas responsables de mantener la piel firme y elástica. Algunas fuentes de proteínas recomendadas son el pescado, el pollo, los huevos, la carne magra, los frutos secos y las legumbres.
Los antioxidantes están en estas vitaminas
El otro nutriente esencial para mantener una piel joven y cuidada son los antioxidantes. Los principales responsables de luchar contra el envejecimiento de las células de nuestro organismo. Por ello, las vitaminas antioxidantes, como la vitamina A, E y C, son esenciales para la salud de la piel. Estas vitaminas ayudan a proteger las células de la piel contra los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden dañar las células y acelerar el envejecimiento.
Podemos encontrarlas en las frutas y verduras de color rojo, naranja y amarillo, ya que estos colores nos indican que son ricas en vitamina A y C. La vitamina C también está en frutas como el kiwi o la piña. En las nueces, semillas y aceites vegetales, por otra parte, encontraremos una rica fuente de vitamina E.
Grasas saludables y una buena hidratación completan el cuidado de tu piel
Las grasas saludables, como los ácidos grasos omega-3 y omega-6, son también muy importantes para la salud de la piel. Estos ácidos grasos ayudan a mantener la piel hidratada y protegida de la inflamación y los radicales libres. El omega-3 se encuentra en gran medida en el pescado graso, como el salmón, la caballa y las sardinas, que son la principal fuente de este valiosísimo nutriente, mientras que las nueces, las semillas y los aceites vegetales son ricos en omega-6.
Po último, para tener una piel joven y cuidada es fundamental la hidratación. El agua ayuda a mantener la piel hidratada y a eliminar las toxinas del cuerpo que pueden afectar la apariencia de la piel. Se recomienda beber al menos ocho vasos de agua al día —el equivalente a dos litros— para mantener una piel hidratada y saludable.
Disfrutar de estos alimentos en tu dieta es muy sencillo
Una dieta equilibrada y variada puede proporcionar todos los nutrientes necesarios para mantener una piel joven y radiante. Se recomienda incluir al menos un par de porciones de frutas y verduras en cada comida, así como una porción de proteínas magras y grasas saludables. También es importante evitar el consumo excesivo de alimentos procesados y azúcares refinados, ya que pueden contribuir al envejecimiento prematuro de la piel.
Desayuno, almuerzo y cena para cuidar tu piel
Con estos ejemplos de desayuno, almuerzo y cena, puedes empezar a integrar los alimentos que cuidan tu piel en tu dieta diaria. En el desayuno puedes tomar una tortilla de claras de huevo con espinacas y salmón ahumado, que te aportarán proteínas, grasas saludables y vitamina C. O también puedes elegir un bol de avena con leche de almendras, plátano y nueces, para un aporte de proteínas, grasas saludables y vitamina E. Estos desayunos, además, te mantendrán con sensación de saciedad y energía durante toda la mañana.
En el almuerzo puedes prepararte una ensalada de espinacas, aguacate, tomate y pollo a la plancha, una comida rica en proteínas, grasas saludables y vitamina C. O también puedes comerte un plato de pescado, como un lomo de salmón al horno con brócoli y batata asada, para darle a tu piel una buena dosis de proteínas, grasas saludables y vitamina A.
Para terminar, en la cena puedes prepararte unos divertidos tacos de pescado con guacamole y ensalada de col, además de disfrutar de una cena original, estarás tomando proteínas, grasas saludables y vitamina C. O una pechuga de pollo a la plancha con ensalada de espinacas, fresas y nueces, una ensalada que te sorprenderá por su sabor en una cena llena de proteínas, grasas saludables y vitamina E.