Si algo proyecta una primera impresión saludable, eso es una sonrisa sana. La salud dental no es solo una cuestión estética. Unos dientes y encías sanos son fundamentales para que la salud del resto del organismo no se vea afectada por las infecciones y la limitación en los alimentos que podemos masticar.
Sin embargo, un informe sobre el estado de la salud bucodental mundial publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina de manera lapidaria que “es alarmante y requiere una acción urgente”. Entre las medidas que podemos tomar están por supuesto, el cepillado tres veces al día y el uso de enjuagues e hilo. Pero también nuestra dieta puede ser de gran ayuda.
Los hábitos de consumo son los principales responsables de nuestra salud bucodental
Por mucho que nos cepillemos los dientes, existen una serie de hábitos de consumo como el consumo de azúcar, el café o el tabaquismo que son muy perjudiciales para la salud bucodental. Si a eso le añadimos falta de higiene, de pasarte una temporada viendo al dentista más que a tu vecino no te libra nadie.

Del mismo modo que según qué hábitos de consumo e higiene pueden tener consecuencias nefastas, otros pueden ayudarnos a visitar al dentista solo un par de veces al año para comprobar que todo va bien. Además de una buena rutina de higiene, existen varios alimentos que ayudan al cuidado de nuestra boca.
Alimentos que ayudan a fortalecer el esmalte dental
El esmalte dental es la principal barrera de protección que tienen los dientes. Su deterioro puede causar molestias como calambres en las encías o la aparición de caries. Existen una serie de alimentos que favorecen el mantenimiento de un esmalte sano.
Las frutas como las manzanas o los arándanos son muy recomendables. En el caso de los arándanos, son antiinflamatorios, retrasan el envejecimiento dental y evitan la formación de la placa bacteriana. Por otra parte, las propiedades ácidas de la manzana activan la generación de saliva.

En la generación de saliva también es muy eficaz masticar verduras de hoja verde como las acelgas o las espinacas. Un nutriente fundamental para la formación y mantenimiento sano de los dientes es el calcio. El queso, por ejemplo, es una gran fuente de este mineral, y en algunos casos puede contener caseína, que ayuda a la reparación del esmalte dental. Y para ayudar a la absorción del calcio, lo ideal son alimentos ricos en omega 3 y vitamina D, como el salmón.
Evita estos alimentos para unos dientes sanos
Ya se sabe que siempre es mejor prevenir que curar, así que para no darle demasiado trabajo a los alimentos anteriores, lo mejor es evitar la ingesta de aquellos que por su composición pueden ser muy dañinos para los dientes y otros aspectos de la salud. Uno de los principales enemigos de una boca sana es el azúcar.

Es recomendable limitar alimentos como las bebidas carbonatas, caramelos, helados y dulces industriales a ocasiones muy puntuales. Tampoco se debe abusar de las comidas con un alto contenido en almidón, como los fritos. El almidón es una sustancia que se transforma en ácido y daña el esmalte. Por último, es muy importante evitar el consumo de bebidas alcohólicas y tratar de limitar el del café. Las primeras dañan el esmalte, mientras que el café mancha nuestros dientes y facilita la aparición de sarro.