Si hasta ahora eso de comer grillos y escarabajos era algo que solo veíamos en los documentales sobre países exóticos o teníamos que irnos hasta uno de esos países para degustar tal delicia, desde hace unos años podemos encontrarnos en nuestro supermercado habitual con alimentos que incluyan insectos en su elaboración.
Los insectos están dejando de ser una rareza culinaria en la cocina europea y occidental. Especialmente desde que en 2021 la Unión Europea aprobase como snack o como ingrediente para elaborar otros alimentos, el gusano de la harina o larva de escarabajo oscuro. Suena de lo más apetecible.
Un nuevo insecto se une a la lista de alimentos del supermercado
En 2023, la Unión Europea y el Gobierno de España han dado otro paso para hacer el consumo de insectos en nuestra dieta algo habitual, al añadir ingredientes que suenan tan irresistibles como el escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus) y grillo doméstico (Acheta doméstico).

Si ya se te estaba haciendo la boca agua, esto te va a encantar. El consumo de estos insectos en forma de snack, pero también como ingrediente, por lo que para saber en qué alimentos se encuentran es necesario pararse a leer los ingredientes antes de romper barreras culinarias. No te preocupes, está todo en la mente.
Insectos que ya se pueden encontrar entre los alimentos del supermercado
Desde que empezase la introducción de los insectos en nuestros supermercados a lo Starship Troopers, son varias las especies que podemos encontrar en los alimentos. En la actualidad, la lista completa la forman las larvas del gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (locusta migratoria), el grillo doméstico (Acheta domesticus) y las larvas del escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperinus). Hay donde elegir.
La medida europea, además, contempla la posibilidad de vender todo tipo de productos comunes, en cuya etiqueta de ingredientes se incluirá a partir de un nuevo nombre propio, el de cualquiera de los bichitos mencionados y los que en adelante se vayan uniendo al menú.
Seguramente ya hayas probado la harina de grillo
Varios consumidores ya han advertido que la harina de grillo comienza a ser un ingrediente frecuente en varios alimentos desde la aprobación de su uso. Esta forma parte de la composición de productos como barritas de cereales, panes y panecillos, casi todas las formas de cereales, helados, gachas, preparados para productos horneados, platos de pastas secas, pastas rellenas, sopas y concentrados, polvos de sopa y platos a base pasta.

Vamos que acabamos de darte la bienvenida a una vida en la que, de pronto, eres una persona que come grillos. Mira el lado positivo, es bueno saber que en caso de emergencia, te gustan los grillos. La lista de alimentos en los que se suele utilizar la harina de grillo continua con platos a base de leguminosas y vegetales, fideos, aperitivos distintos de las patatas fritas, galletas saladas, manteca de cacahuete, frutos secos, algunas salsas, chocolates… y sigue, pero vamos a darte tiempo para asimilarlo. Las bebidas tampoco se salvan, ya que los insectos también forman parte de la elaboración de la cerveza y bebidas similares.
Una vez que te acostumbras, tiene varios beneficios
Pese a que la introducción de estos alimentos está causando cierto debate acerca de si el consumidor debería tener derecho a decidir si quiere estos alimentos en su dieta —claro, igual que decidimos comernos los edulcorantes, los conservantes o las grasas trans por puro deseo—, lo cierto es que no representa ningún problema para la salud y sí varios beneficios.
Los insecto suponen una fuente alternativa, económica y sostenible de proteínas de alta calidad, ácidos grasos esenciales y micronutrientes. Además suelen aparecer triturados y diluidos en el alimento, con lo que no provoca rechazo a la vista, por muchas connotaciones desagradables que tengan.
Alergias y efectos adversos de la alimentación con insectos
No todo son ventajas a la hora de comer insectos. Por ejemplo, la quitina que forma parte de su exoesqueleto, ejerce un efecto «antinutritivo» al entorpecer la digestibilidad de las proteínas y su utilización. Otro pero sería el contenido en taninos, que reducen la absorción de nutrientes como calcio, zinc, manganeso, hierro y magnesio, o las saponinas, que interfieren en la digestión y absorción de las proteínas, vitaminas y minerales.
En el caso de las alergias, la ingesta de insectos puede provocar intoxicaciones y reacciones alérgicas por presencia de tropomiosina, arginina quinasa, gliceraldehído 3-fosfato deshidrogenasa o hemocianina. Así que ya sea por nutrición, alergia o escrúpulos, a partir de ahora hay que prestar más atención al etiquetado.