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Consejos para comer saludable y no gastar demasiado en el supermercado durante todo enero

Sigue estos consejos y para comer sano el primer mes del año sin gastar mucho dinero.

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Una alimentación saludable no es lo único que buscamos en enero después de las fiestas. La economía suele ser la otra gran preocupación del inicio del año. Hay que superar la cuesta de enero para llegar a febrero con las cuentas ajustadas.

Sabemos que comer saludable, en ocasiones, supone un desembolso mayor en el supermercado que si nos llevamos cualquier cosa con tal de que nos salga más barata la compra. Sin embargo elegir y cocinar alimentos saludables, bajos en calorías o ricos en vitaminas y minerales, sin sacrificar ni el sabor ni nuestro presupuesto, es posible. Te contamos cómo.

Sigue estas claves para comer sano y barato en enero

Cuando decimos comida sana rápidamente se nos vienen a la cabeza ensaladas, frutas y verduras, si no queremos gastar demasiado dinero. Pero no es solo lo que comes, es cómo gestionas los alimentos que tienes en casa o que puedes permitirte comprar con el presupuesto del que dispongas.

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Organizar nuestras comidas ayuda a comer más sano por menos dinero

Comer sano y que sea económico es más una cuestión de organización y tiempo que de dinero y de habilidad en los fogones. Cuidar nuestra nutrición requiere cuidado y atención. Dedica un momento de la semana a organizar las comidas y ahorrarás tiempo y dinero.

Planea tus comidas

Esto es fundamental y te recomendamos que integres esta práctica en tus hábitos de alimentación durante todo el año. Tener una planificación de lo que vas a comer a lo largo de la semana te permite tomarte tiempo para ver qué tienes en casa y qué platos puedes cocinar con lo que hay en tu despensa. De esta manera sabrás que platos te permiten tener que hacer un gasto mínimo en el súpermecado y evita hacer compras de última hora para solucionar la comida. Organiza tu menú semanal y compra solo lo que sea imprescindible.

Donde come uno, comen dos

Este truco es de los que más te va a permitir ahorrar. Cuando prepares tus comidas, en el caso de los guisos u otros platos que puedas congelar, haz un ración extra. Doblar la cantidad de un guiso casi no supone ningún tipo de gasto. Déja un plato para esta semana y otro para la siguiente. Si haces esto con dos o tres comidas, ya tienes unas cuantos gastos de la semana quitados. También puedes hacer porciones desiguales y en lugar de dos almuerzos, dividir la comida en un almuerzo y dos cenas —menor cantidad—.

Elige el nutriente que necesitas

Dado que vamos a limitar la gama de alimentos, tendremos que tener muy en cuenta a la hora de organizar las comidas de la semana qué nutrientes están presentes en cada menú. Por ejemplo, si un día el protagonismo lo han tenido las proteínas animales y casi no hemos tomado fibra o carbohidratos, sabemos que en las siguientes comidas tendremos que aumentar la cantidad de estos y reducir la ingesta de más proteínas. Si no te llega el presupuesto para tomar todos los nutrientes —proteínas, vitaminas, hidratos de carbono, minerales, fibra, etc.— en un día, asegúrate de que queden compensados a lo largo las comidas de la semana.

La tabla de los expertos

Divide los nutrientes entre los platos que vas a comer durante la semana. Ten en cuenta a la hora de elegir tus comidas las recomendaciones de los expertos en nutrición y trata de acercarte todo lo que puedas a las indicaciones. Para que puedas empezar, te contamos que las legumbres dos o tres veces en semana son una buena forma de obtener proteínas y, si entra en el presupuesto, añade dos raciones de pescado blanco y otras dos de pescado azul o alguna carne magra. Según la OMS, la cantidad adecuada de frutas y verduras es de 400 gramos diarios, esto es muy fácil de conseguir. No tiene ninguna complicación, puedes repartirlo entre el desayuno, el almuerzo, la cena, un tentempié a media mañana, etc.

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