El gusto por el picante en la comida es algo bastante común. Es más, hay quien no concibe sus platos sin unas gotas de tabasco o una buen dosis de guindilla durante la cocción.
Comer alimentos picantes suele tener efectos positivos para nuestro organismo. Pero debemos tener cuidado con la cantidad de picante que ingerimos si no queremos sufrir consecuencias poco deseables.
¿Comer alimentos picante es beneficioso o provoca algún daño?
Los alimentos que se utilizan para dar el gusto picante de manera natural a la comida suelen ser muy saludables. Sin ir más lejos, el ajo suele estar recomendando en los casos de hipertensión u obesidad. Dependiendo del grado de picante o lo agresivo que puedan ser estos alimentos con nuestro organismo, especialmente en el estómago, o si tenemos algún problema en el aparato digestivo, podemos sufrir algún tipo de malestar, por lo que debemos tener cuidado con no pasarnos o conocer cuál es nuestro caso.
Beneficios de los alimentos picantes
El picante ha ido ganando presencia en nuestra gastronomía, si bien la dieta mediterránea, a excepción del ajo o el aceite de oliva virgen extra, suele tener sabores frescos y suaves, con las nuevas propuestas se han ido integrando sabores de otras regiones, como el picante.
Esto podemos verlo como algo positivo para nuestra dieta saludable. Entre las propiedades de los alimentos picantes se cuentan su capacidad para acelerar el metabolismo, por lo que consigue quemar una mayor cantidad de calorías. Por este motivo, suele estar recomendado en dietas de reducción de peso o en tratamientos contra la hipertensión arterial, ya que también es un estupendo sustito de la sal de las comidas.
Otro aspecto muy beneficioso en el cado de algunos alimentos picantes, especialmente en el del ajo, es su poder antiinflamatorio y antioxidante. Además, favorece la liberación de endorfinas y serotonina, por lo que nos ayuda a tener un mejor humor y ánimo.
No es muy recomendable en estómagos delicados
El picante también tiene sus contraindicaciones, si se toma en exceso puede provocar algunas molestias como ácidez, ardor o irritación estomacal. Incluso algunos estudios realizados en poblaciones con un alto consumo de picante en gastronomía apuntan a un mayor riesgo de cáncer de estómago, pero aún queda investigación por hacer. En el caso de las personas con el estómago delicado, el picante debe tomarse con mucha precaución, ya que los inconvenientes señalados pueden alcanzar un mayor rango de gravedad en su salud.
Pese a sus ventajas, los alimentos picantes estimulan la producción de ácidos y esto puede hacerse notar más en personas con reflujo gastroesofágico. Tampoco es recomendable en personas que padezcan de algún tipo de afecciones de tipo irritativo a lo largo del sistema digestivo. Y sobre todo, es muy desaconsejable en los casos de úlceras, ya que puede empeorar la situación del paciente.
Cómo debemos integrar el picante en nuestra alimentación
Atendiendo a todo lo explicado hasta ahora, podemos resumir que el picante es, a grandes rasgos, una cualidad beneficiosa para la salud en aquellos alimentos que la contienen, pero hay que tener en cuenta algunos matices. Si hablamos de personas sanas, el picante puede ser tomado a diario, en dosis adecuadas y formando parte de una alimentación sana y equilibrada. Si no se nos va la mano al cocinar, es un estupendo potenciador de sabor para reducir el consumo de sal.
En el caso de las personas con problemas de estómago u otros problemas de salud que pudieran verse afectados, el consumo debe ser mucho menor y, sobre todo, en cualquier caso optar por alimentos con picante natural y alejarse del picante industrial, ya que suele llevar sal y otros añadidos poco saludables.