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5 claves para diferenciar el jamón serrano del jamón ibérico

Estos 5 puntos son esenciales para que no te engañen a la hora de comprar un buen jamón

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El jamón serrano es una de las señas de identidad más claras a nivel gastronómico de nuestro país junto con otros alimentos como puede ser el caso del aceite de oliva. Es un producto cuya elaboración es muy habitual y que gusta a todo tipo de público, tanto niños como adultos.

No obstante debemos ser conscientes de que, a la hora de comprar un jamón, existen muchos aspectos que debemos tener en cuenta y que van a influir en la calidad del mismo. Por eso es importante que conozcamos a fondo sus características y las principales diferenciaciones que hay con respecto al producto para así poder elegir uno que encaje con lo que estamos buscando.

Una de las principales distinciones que se hacen, en este sentido, es la diferencia entre el jamón serrano y el jamón ibérico pero, ¿tienes claro cómo diferenciarlos? ¿Cómo distinguir cada uno de ellos? Si no es así no te preocupes porque a continuación te vamos a dar todas las claves para que puedas hacerlo de manera sencilla.

5 diferencias entre el jamón serrano y el jamón ibérico que debes conocer

Disfrutar de un buen jamón es una experiencia sumamente placentera que puede verse estropeada si elegimos un producto que no sea de la calidad adecuada o, a la hora de comprarlo, nos dan gato por liebre. Por eso es importante conocer las diferencias entre el jamón serrano y el ibérico o la diferencia entre un jamón y una paleta ibérica.

Pero, si necesitas ampliar tus conocimientos sobre este producto y aprender a distinguirlo fácilmente, no te preocupes porque hoy te vamos a enseñar a hacerlo. Toma nota.

1. Origen del producto

En primer lugar una de las diferencias más claras es aquella que hace alusión al origen del animal y es que el jamón serrano procede de cerdos de raza blanca que pueden ser criados tanto en España como en otros países, algo que debe aparecer en el etiquetado del mismo.

Mientras que, en el caso del jamón ibérico, este solamente puede hacerse con cerdos de la raza ibérica la cual es autóctona de la Península. Esto, junto con su alimentación, es lo que aporta sus particulares características y su excelente sabor al jamón ibérico.

2. Precio del jamón

Por supuesto otro de los criterios que te debe hacer dudar sobre si lo que estás comprando es auténtico jamón ibérico es el precio del mismo. Y es que, como es de esperar, el coste del ibérico es bastante más elevado que el que podemos encontrar cuando vamos a adquirir jamón serrano.

Esto se debe a que el proceso de cuidado de los animales es mucho más complejo en el primer caso, teniendo que darle piensos ricos en ácidos oleicos para cuidar la calidad de su carne además de tenerlos en una dehesa en la cual puedan caminar libremente. Algo que no ocurre en la elaboración del jamón serrano.

Además el proceso de preparación del producto en sí también es bastante más complejo ya que implica una elaboración mucho más artesanal en la cual se emplean secaderos naturales, al contrario de lo que ocurre con el jamón serrano.

3. Color de la pezuña

Una de las señales que podemos ver a simple vista para distinguirlos a la hora de comprar nuestro jamón es que, en el caso del jamón serrano, la pezuña es de color blanco mientras que en el jamón ibérico es negra. Esto se debe a que, como hemos visto anteriormente, las razas de cerdos que se utilizan para la elaboración de estos dos tipos de jamón son distintas.

4. Tono de la carne

El color o tono de la carne del jamón también es una de las señas visuales que nos permiten diferenciarlo de manera clara nada más verlo. Y es que, mientras que el jamón serrano tiene una tonalidad roja más clara, el jamón ibérico tiene un tono más intenso y tirando a un color granate o vino.

Además en el jamón ibérico es muy característico encontrarse una serie de vetas blancas a la hora de abrirlo y que tienen que ver con la infiltración de grasa del animal, algo que garantiza que se trata de un producto de calidad.

5. Etiquetado del producto

Finalmente también es importante fijarse siempre en el etiquetado del producto ya que ahí aparecerá toda la información relevante. Los jamones ibéricos deben estar etiquetados de una forma concreta por la normativa ASICI, de forma que el color del precinto del jamón tendrá que ser negro, verde, rojo o blanco e indicarnos la procedencia del mismo además de otros factores como la alimentación y el periodo de curación.

Como ves estas 5 sencillas pautas pueden ayudarte a distinguir claramente un producto de más alta calidad de otro que no lo sea, algunas de ellas simplemente fijándote en algunos aspectos físicos del jamón. Empieza a fijarte en estos detalles y verás como te resultará mucho más sencillo comprar un buen producto.

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