Uno de los alimentos mejor valorados tanto en su área de origen, la Península Ibérica, como internacionalmente, es el jamón ibérico, y con mucha diferencia con respecto a otros. Lo que más gusta de este alimento es su sabor, pero también está muy bien considerado por su textura y su potente aroma. Sin embargo, aunque seguro que lo sabrás, hay diferentes tipos de jamones ibéricos, por lo que hay unos de mejor calidad que otros.
No es la norma, pero algunos piensan que el jamón ibérico es un jamón de pata negra, pero no tiene por qué. En este artículo, aprenderás a diferenciarlos, por lo que te sentirás un verdadero experto en lo que es una auténtica insignia de la gastronomía española. ¡Sigue leyendo: no te dejará indiferente lo que te contaremos!
Diferencias entre el jamón ibérico y el jamón de pata negra
Muchas veces nos pasa que, coloquialmente, cuando queremos referirnos a un buen jamón ibérico utilizamos el término ‘pata negra’, pero esto es un error. Para explicar por qué no es correcto decir esto, primero hay que tener claro qué es un jamón ibérico. Recibe este nombre porque procede del cerdo ibérico, una raza autóctona de la Península Ibérica y que se caracteriza por la filtración de la grasa en la carne: una característica que lo hace único con respecto a otros jamones.
Una vez dejado claro esto, podemos diferenciar el jamón ibérico y el jamón de pata negra con base en dos criterios: por su pureza y por su alimentación. Para que un jamón sea de pata negra, tiene que ser ibérico 100%, y de dos padres de raza ibérica. Algunas personas creen que la mejor forma de identificar un jamón de pata negra es fijarse en el color de la pezuña, pero esto no es cierto, porque otros jamones como el Duroc, que no son de pata negra, también tienen la pezuña negra. Dicho todo esto, por ponerte un ejemplo para que lo entiendas mejor, si compras un jamón ibérico 75% raza ibérica no se trata de uno de pata negra.
Las propiedades del jamón de pata negra
En primer lugar, este alimento de primera categoría tiene un alto contenido en proteínas y ácidos grasos no saturados, y por eso es un alimento recomendado en la dieta mediterránea por los especialistas. Además, aporta una gran cantidad de vitamina E, principalmente porque los cerdos de los que proviene han sido alimentados con alimentos 100% naturales, y principalmente con bellotas. Por último, tiene un alto contenido en minerales esenciales como magnesio, fósforo, hierro y vitaminas B1 y B12. ¡Es una maravilla de jamón!
¿Los jamones con pezuña negra son siempre ibéricos?
Insistimos: el hecho de que el jamón tenga la pezuña negra no es tan determinante para clasificar un jamón como ibérico. Y es que, para que un jamón ibérico se pueda considerar como tal, debe cumplir unas condiciones muy específicas; por ejemplo: que los cerdos de donde proviene se hayan criado en pastos y en libertad, que se hayan alimentado de comida 100% natural, y que la grasa se infiltre en la pata del animal de una forma particular. Este es el aspecto más clave a la hora de diferenciar estos dos jamones.