Esta es una situación de lo más común. Llegamos a casa con la compra y lo metemos los alimentos en la nevera con prisa para quitar las bolsas de en medio y pensamos «ya los ordenaré luego».
En muchas ocasiones ese «luego» nunca llega y los alimentos que ya estaban en la nevera se van quedando al fondo y, además, los nuevos no están en el mejor sitio para su conservación, por lo que con frecuencia nos vemos tirando comida a la basura, especialmente los frescos como las frutas y las verduras.
Primera clave, el orden de los alimentos en la nevera
Cuando hablamos de orden nos referimos a disponer los alimentos de manera que unos sean intencionadamente consumidos antes y otros después. Como es lógico los alimentos que llevan más tiempo deben ser consumidos antes y los nuevos podremos dejarlos para más adelante.
Para ello es importante que al meter nuevos alimentos en la nevera saquemos los antiguos para que no queden al fondo y recolocarlos en primera línea. Esto debemos hacerlo tanto con los alimentos con fecha de caducidad —lácteos o salsas—, como con los alimentos frescos —frutas, verduras, carnes, etc.—, como con los alimentos cocinados y guardados en tuppers —etiquetar estos alimentos con fecha ayuda a evitar que se estropeen—.
La nevera tiene un lugar para cada tipo de alimento
Otro error que cometemos con frecuencia es colocar los alimentos dónde haya un hueco en el que lo podamos poner sin importar el lugar de la nevera que sea. Cada lugar de nuestro frigorífico tienen unas condiciones de temperatura diferentes y que afectan de forma distinta a los alimentos, por lo tanto debemos saber qué parte es la idónea para cada uno.
Así, en las baldas superiores y las de la puerta se deben colocar los alimentos que necesitan menos frío como las salsas, las sobras o las bebidas. Las baldas intermedias son el mejor lugar para colocar los lácteos y embutidos. Los alimentos frescos como carnes o pescados se colocan en la balda inferior, ya que es el punto más frío de la nevera y además así se evita que el goteo frecuente de este tipo de alimentos caiga sobre otros y los estropee.
Por último, las verduras serán las que ocupen el último cajón. Este tiene unas condiciones de temperatura ligeramente más elevada que el resto de la nevera al estar aislado. Así se mantienen frías pero no tanto como para que haya condensación de los líquidos de los alimentos y se pudran rápidamente por la humedad.
¿Cómo mantener la nevera ordenada?
Seguramente no te apetezca sacar un rato libre para ordenar la nevera regularmente y el propio uso que hacemos de ella hace que se vayan «desordenando» los alimentos. La mejor manera de recuperar el orden es redistribuir los alimentos cuando llegamos de hacer la compra. Es recomendable cambiar el hábito de «meter todo dónde sea» por el de dedicar 10 o 15 minutos al volver del supermercado para poner cada alimento en el lugar adecuado para su conservación y su consumo.
Evitar tirar alimentos no solo es un acto de responsabilidad con el medio ambiente y la sostenibilidad, sino que puede suponer un ahorro notable a final de mes. No olvides que tirar alimentos sin usar es tirar el dinero que has gastado en comprarlo.