Saltarse alguna comida del día con el propósito de reducir peso siguen siendo un tema de debate en alimentación y nutrición que continúa sin encontrar una respuesta clara y definitiva que ponga a todo el mundo de acuerdo.
Como ocurre con el ayuno intermitente, saltarse la cena es también una práctica común para quienes que buscan perder peso rápidamente. Sin embargo, esta práctica puede tener efectos negativos en la salud y no siempre es una forma efectiva de perder peso a largo plazo.
Saltarse la cena no es una buena práctica nutricional
En primer lugar, saltarse la cena puede tener un impacto negativo en la nutrición. La cena es una comida muy importante, ya que proporciona al cuerpo los nutrientes necesarios para reparar y reconstruir los tejidos mientras se duerme. Saltarse la cena puede hacer que el cuerpo no reciba suficientes nutrientes para mantener una buena salud.
Además, saltarse la cena puede tener efectos negativos en el metabolismo. Cuando el cuerpo no recibe suficientes calorías, puede entrar en modo de inanición, lo que ralentiza el metabolismo y hace que el cuerpo queme menos calorías. Esto puede dificultar la pérdida de peso a largo plazo.
Saltarse la cena puede ser contraproducente si se pretende adelgazar
Algunas investigaciones sugieren que saltarse la cena podría tener un efecto contrario al adelgazamiento. Un estudio publicado en la revista Obesity encontró que los participantes que se saltaron la cena y comieron un desayuno abundante tenían un mayor índice de masa corporal (IMC) que aquellos que comieron una cena ligera y un desayuno normal. Además, los participantes que se saltaron la cena tenían niveles más altos de insulina y glucosa en la sangre, lo que podría aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.
Recientemente, una investigación publicada en la revista Nutrients, indicaba que las personas que no cenan tienden a aumentar de peso más que aquellas que sí lo hacen. Según el seguimiento de la evolución en el peso realizado durante seis años en los sujetos del estudio, voluntarios propensos al sobrepeso, quienes se saltaban la cena aumentaron su peso en un 10% más que las personas que sí cenaban y que se mantuvieron estables.
Cenar no es obligatorio siempre
Aunque lo recomendable según los especialistas en nutrición es no saltarse comidas y hacer un buen reparto de los nutrientes, no es obligatorio cenar siempre. Dentro de una dieta sana y equilibrada, podemos saltarnos una ingesta si no tenemos apetito u optar por alguna cena más ligera, como alguna fruta con yogur natural o una crema de verduras. Ninguna comida es obligatoria, ya que somos seres capaces de reconocer lo que nuestro cuerpo necesita en cada momento. Si a la hora de cenar no tenemos hambres, nuestro cuerpo nos está diciendo que no necesita alimentos.
Mantener la conexión con nuestro cuerpo
Uno de los factores que señalan algunas personas expertas acerca de decisiones como no cenar, es que tenemos algo perdida la conexión con nuestro cuerpo debido en gran parte al ritmo de vida actual. Estar pendiente de otras tareas, cumplir con horarios, etc., nos obliga a vivir desconectados de nuestro cuerpo y de los mensajes que nos envía a lo largo del día. Esto hace que en algunos momentos puede que no seamos capaces de distinguir la sensación de hambre.
O que tengamos que posponer nuestras necesidades de alimentación para otro momento, cuando esa sensación de hambre ya no sea igual y nos obligue a comer más o menos, o mejor o peor. Saltarse la cena, por tanto, puede tener efectos negativos en la nutrición, el metabolismo y la salud en general. Si estás tratando de perder peso, es importante seguir una dieta equilibrada y saludable que proporcione al cuerpo los nutrientes necesarios para mantener una buena salud y un metabolismo saludable.