Quitar los kilos que no sobran es algo que casi todo el mundo quiere conseguir. Vernos mejor es una gran ayuda a la hora de afrontar las situaciones del día a día. Cuando decidimos empezar una dieta, habitualmente esperamos resultados rápido y es muy frecuente que al no verlos en plazo corto de tiempo se abandones los hábitos saludables.
Debemos tener en cuenta que las dietas que consiguen resultados inmediatos no suelen ser ni duraderas en el tiempo ni buenas para la salud. Una dieta sana y equilibrada te ayuda a mantener hábitos de alimentación saludables, duraderos en el tiempo y que mejorarán tu cuerpo por dentro y por fuera. Las llamadas «dietas milagro» acaban habitualmente en un esfuerzo en vano.
Keto, la dieta milagro de moda que necesita supervisión médica
Aunque llegar hasta el final con una dieta milagro es fácil, en cuanto la termines los resultados empezarán a revertirse. Es lo que está pasando con el último grito en pérdida de peso exprés, la dieta Keto. En una encuesta reciente, los resultados revelaron que el 13,4% de las personas que siguen una dieta de adelgazamiento eligen este método, siendo así el más popular por delante del 9,10% que sigue la dieta disociada.
La dieta Keto induce una pérdida rápida de peso mediante la eliminación de los hidratos y con mayor contenido en grasa. Aunque los resultados son muy rápidos, los que la prueban se encuentran que no es sostenible en el tiempo y además supone un riesgo para la salud si se sigue por cuenta propia y sin contar con supervisión médica.
Cuando dejas la dieta Keto, los kilos vuelven
Y vuelven incluso más rápidamente de lo que tardan en irse. Según afirma en una entrevista para ABC, una seguidora de 37 años de esta dieta, en su caso perdió 10 kilos y medio en tres meses, lo que sale a una media de 3 kilos y medio al mes. Sin embargo, al dejar la dieta, la que según afirma realizó bajo supervisión médica, comenzó a comer sin control y recuperó rápidamente el peso perdido
La dieta Keto no es un invento reciente. Fue desarrollado en los años 20 del siglo pasado por el doctor Russell M. Wilder con la finalidad de tratar a pacientes con epilepsia, pero vuelve cada cierto tiempo como dieta de adelgazamiento. Consiste en reducir al máximo —hasta el punto de casi eliminarlos de la alimentación— los hidratos de carbono manteniendo la cantidad diaria por debajo de los 50 gramos. Entre los alimentos que este plan evita en la dieta están los cereales, las patatas, legumbres y, por supuesto, dulces —incluida la miel natural y todo lo que contenga azúcar—. En la primera fase, incluso la fruta está prohibida.
El truco para que esta dieta no de la sensación de que se está haciendo un gran sacrificio, como ocurre con otras, es que basa la alimentación en las proteínas y las grasas. Pescados, carne, huevos, lácteo y muchas verduras están permitidas, por lo tanto la sensación de saciedad en quien la sigue no desaparece, sin embargo, el cuerpo sí nota la falta de los otros nutrientes. Esto será lo que provoque el «efecto rebote» una vez se de por concluida la dieta. Básicamente, lo que hace esta dieta es reducir la principal fuente de energía del cuerpo, que son los hidratos de carbono, para que cuando los consumas, el organismo se vea obligado a tirar de las grasas almacenadas, es decir, los kilos que quieres quitarte. Que es básicamente lo que el cuerpo hace cuando no está bien alimentado. Este es el motivo de que sea tan eficaz —De hecho, se lleva tiempo investigando como posible tratamiento para casos extremos de obesidad en clínicas especializadas— y de que a su vez tenga que llevarse a cabo bajo supervisión médica, pues la falta de otros nutrientes de manera prolongada en un periodo de tiempo puede tener consecuencias muy peligrosas sobre la salud.
Riesgos para la salud
Las razones para contar la supervisión médica son varias. Para empezar, en Internet existen varias dietas Keto, que no están respaldadas por ningún especialista y, por lo tanto, no se deben seguir. Asegurarte de que la dieta que sigues es segura será lo primero que que tengas que hacer. Elegir mal los alimentos o no compensar la aportación de grasa y nutrientes puede incurrir en peligros como que se tomen demasiadas grasa saturadas o nos pasemos con la reducción de hidratos. En este tipo de dietas suele ser necesario tomar algún suplemento vitamínico que sustituya las propiedades de los alimentos que se dejan de consumir. Por otra parte, es muy importante un hacer revisiones médicas de manera periódica durante el tiempo que sigamos la dieta para comprobar que todos los órganos siguen funcionando correctamente. Es más, antes de empezar la dieta es necesario un historial clínico que descarte los riesgos de la dieta en según qué pacientes. No todas las personas pueden llevar la dieta Keto y es muy importante asegurarse de que no se está en ese grupo.
En medicina, este tipo de dietas, conocidas como cetogénicas —consumen los cuerpos cetónicos, que son principalmente las grasas— se suelen prescribir en casos de pacientes con un índice de obesidad altos para los que no funcionan las dietas normales. Si este no es tu caso, lo más recomendable para conseguir un cuerpo sano y en forma es seguir una alimentación completa y saludable, que contemple todo el grupo de alimentos y nutrientes y, por supuesto, combinarlo con un poco de ejercicio. El sedentarismo es el primer paso en el camino hacia el sobrepeso.