Preparar nuestra propia comida, es decir, dedicar tiempo a la cocina, es la mejor manera de cuidar nuestra salud. Aunque muchas veces tenemos la sensación de que es una tarea pesada e incómoda, cuando dedicamos tiempo a la cocina, en realidad nos estamos dedicando tiempo a nosotros mismos.
El inconveniente es el olor que algunos alimentos como el brócoli o el pescado dejan en nuestra. Aunque no te lo creas, no tienes que salir de ella para encontrar varias soluciones.
Una cocina limpia y sin malos olores
No es agradable para nadie que algún lugar de nuestra casa desprenda malos olores. Como todas las estancias de nuestro hogar, la cocina necesita un mantenimiento diario. Puede que incluso más que cualquier otra habitación debido a su uso continuado, los humos, alimentos, etc. Por ello, es muy recomendable llevar a cabo acciones diarias como no dejar que se acumulen los platos y vasos sucios en el fregadero y asegurarnos de que no quedan restos de comida en la encimera, el suelo o la vitrocerámica o en los azulejos de la pared cercanos a los fuegos. Es muy frecuente que las salsas y el aceite los salpiquen.
Una vez en semana, debemos sacar un hueco para desengrasar la la campana extractora. Las rejillas y los bordes tienden a acumular grasa. Esto, además de desprender malos olores puede hacer que caigan gotas en las ollas y sartenes que contaminen nuestros platos.
Uno de los principales focos del mal olor es el cubo de basura que contiene los restos orgánicos. Para evitar que la descomposición de los alimentos llene de malos olores la cocina, lo conveniente es sacar esta basura todos los días. De hecho, la descomposición de los alimentos no es algo que solo se de en la basura. Algunas veces, frutas, verduras y alimentos cocinados que olvidamos demasiado tiempo en la nevera desprenden malos olores. Revisar nuestra nevera semanalmente o cada vez que vayamos a hacer una compra, puede evitarnos más de una sorpresa desagradable. Tampoco debemos olvidarnos de limpiar regularmente los estantes y cajones de la nevera y el congelador.
¿Cómo eliminar el mal olor con remedios caseros?
Bien, aunque hayas seguido al detalle todas las indicaciones para mantener limpia la cocina y evitar los malos olores, es inevitable que aparezcan después de hornear pescado o hervir repollo. Existen varios trucos caseros que te ayudarán a eliminarlos rápidamente.
Hierve vinagre. Puede sonar a que lo único que vas a conseguir es empeorar las cosas, pero no. Los vapores que se desprenden al hervir un poco de vinagre blanco en un cazo consiguen acabar con olores fuertes como el que deja, por ejemplo, hacer pescado a la plancha.
Canela al horno. De lo más sorprendente que puedes encontrar en remedios caseros. Hornear durante unos 15 minutos a temperatura media una fuente o recipiente para hornear lleno de canela y a continuación pasearlo por la casa mientras está humeante. El efecto es similar al de un ambientador o una varita de incienso de canela. Otra alternativa con la canela es mezclarla con agua en un cazo, hervirla hasta el punto de ebullición y pasear los vapores por la casa.
Limón, agua y microondas. Su potente aroma cítrico resulta muy eficaz para eliminar los malos olores. Un poco de zumo de limón diluido en agua y calentamos en el microondas. Si dejamos los trozos de cascaras limón exprimidos dentro del vaso con el agua y el zumo, mejor. Los vapores harán desaparecer el mal olor o los olores fuertes, como un asado o unas frituras. Además si el microondas tiene salpicaduras de salsas por dentro la condensación de los vapores del agua y el limón en las paredes del microondas harán que solo necesites una bayeta húmeda para quitarlas.
Infusión de tomillo, romero o laurel. Las hojas de plantas como el tomillo, el romero o el laurel, especialmente cuando están frescas, desprenden un olor muy intenso. Es más, recién cortadas, solo al tener un poco de contacto de los dedos con las hojas, hace que el olor se quede en nuestras manos durante un buen rato. Al hervir cualquiera de estas hojas en agua, los vapores aromatizan la cocina y acaban con los olores de los alimentos cocinados. También puedes esperar a que se enfríe el agua de la infusión y llenar un difusor para hacerte tu propio ambientador casero.