Ya conoces el impacto que muchas vitaminas tienen en nuestro organismo y en nuestra piel, y los diferentes alimentos que nos ayudan a conseguirlas o a sintetizarlas con mayor facilidad. Sin embargo, hoy en día sabemos que no todas las vitaminas se consiguen a través de la nutrición. En el caso de la vitamina D, las fuentes de obtención son muy distintas.
La vitamina que se comporta como una hormona
El déficit a nivel mundial de esta vitamina ha hecho que estemos prácticamente hablando de una epidemia. Por ello son muchos los estudios que analizan cómo se comporta esta vitamina en nuestro organismo. Las investigaciones han demostrado que la vitamina D se asemeja en su comportamiento a una hormona, la cual tiene múltiples funciones dentro de nuestro organismo.
Las fuentes naturales de obtención de vitamina D, a diferencia de otras vitaminas que se obtienen a través de los nutrientes que ingerimos, es la síntesis de la radiación del sol a través de la piel. En segundo lugar, el aceite de pescado también se considera un buen aliado para subir las reservas de esta vitamina en el cuerpo.
Por qué necesitamos vitamina D
De entre todas las funciones de la vitamina D en nuestro organismo, la más destacable es la de velar por una buena salud ósea. Y es que esta vitamina es imprescindible para metabolizar el calcio y el fósforo y mantener unos huesos y una dentadura fuertes. Por otro lado, también juega un papel importante reforzando nuestro sistema inmunológico.
La gran epidemia de vitamina D
Al tratarse de una vitamina poco abundante en alimentos naturales y al haber incrementado la protección solar y reducido la exposición a las radiaciones UV debido a los riesgos de cáncer de piel, la síntesis cutánea es insuficiente, con lo cual cada vez existe más déficit de este micronutriente entre la población mundial. Esto ha llevado a muchos profesionales de la medicina a prescribir suplementos de esta vitamina hasta restablecer y mantener los niveles normales en el organismo.
De igual modo, en el mercado proliferan los alimentos enriquecidos con esta vitamina. En los países con poca luz solar, la vitamina D se encuentra en multitud de formatos, incluso en gomas de mascar. Sin embargo, esta forma de suplementación puede presentar algunas limitaciones.
Limitaciones en el consumo de suplementos de vitamina D
Por un lado, no existe un consenso sobre qué cantidad de vitamina D debe ingerirse en forma de suplemento. Tampoco se conoce si estas suplementaciones son aptas para toda la población.
La vitamina D no es hidrosoluble (es liposoluble), con lo cual no se eliminaría a través de la orina. Esto supone un problema si acumulamos un exceso de vitamina D en el organismo y provocaría, a su vez, un exceso de calcio en la sangre, una patología conocida como hipercalcemia, que podría afectar gravemente a los riñones y a los huesos.
Un control regular de los niveles de vitamina D a través de analíticas de sangre debería ir limitando o aumentando la suplementación de vitamina D en cada caso.