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¿Realmente es bueno beber un vaso de whisky antes de dormir?

Desmontamos este mito que en algunas ocasiones, tristemente, se toma como una realidad.

El whisky es una de las bebidas alcohólicas más populares del mundo, aunque también una de las más fuertes en cuanto a su graduación. Es muy consumido en países como Escocia, donde es prácticamente uno de sus símbolos más reconocidos.

Es verdad que el whisky, siempre y cuando sea consumido en pequeñas cantidades, puede aportar algunos beneficios a la salud. Sin embargo, estas propiedades positivas también han contribuido a que se difundan mitos relacionados con esta bebida, como el de que ayuda a dormir mejor. En este artículo lo desmontamos.

Interrupción de la fase REM por beber alcohol

Este es el argumento de mayor peso que demuestra que el whisky no ayuda a conciliar mejor el sueño, ni mucho menos. De hecho, sus efectos no se diferencian mucho en este aspecto en comparación con otras bebidas. Es cierto que, por lo general, el alcohol puede actuar como un sedante, lo que puede ayudar a activar la somnolencia. No obstante, no se suele contar la otra parte, que es la verdaderamente importante y es la que han sacado a la luz múltiples expertos en contra de este bulo.

whisky interrumpe la fase REM

El alcohol contiene adenosina, un elemento necesario para dormir que sobre todo actúa en la primera fase del sueño. En cambio, el consumo de una bebida alcohólica antes de dormir puede interrumpir la fase más importante: la REM, que se ocupa de limpiar la memoria para que funcione perfectamente al día siguiente, con la máxima concentración y disposición para el aprendizaje. Además, si consumes demasiado alcohol, que es un potente diurético, tras unas pocas horas en la cama lo más probable es que te levantes para ir al baño a orinar, interrumpiendo tu sueño varias veces en algunas ocasiones.

Conclusiones sobre el consumo de alcohol

En definitiva, te recomendamos consumir whisky o cualquier otra bebida alcohólica (por supuesto siempre con moderación) a otras horas del día, sobre todo a la hora de comer. La comida hace que los efectos nocivos del alcohol se reduzcan, por lo que beber mientras comes es la mejor opción. El whisky no ayuda a dormir mejor: puede ayudarte a conciliar el sueño en la primera fase, pero después puede interrumpir la fase más importante del mismo y hacer que te levantes cada dos por tres para ir al baño.

Nuestro consejo es que no te fíes mucho de estos dichos que a veces tristemente se convierten en populares e investigues por tu cuenta para que no te engañen. Desde La Mansión de las Ideas te animamos a ser crítico con toda información de esta índole que te pueda llegar.

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