Sí, de la alcachofas. Nos referimos a esta verdura de larga tradición en nuestro país, un alimento que se puede consumir de una y mil formas y frente a la cual aún hay personas con ciertas reticencias a su consumo. Si eres de ellas, seguro que tras leer este artículo te animas a incorporar la alcachofa a tus menús diarios.
Y es que solo hay que echar un vistazo a su composición para imaginarse el porqué hablamos tanto y tan bien de esta verdura. La alcachofa es un alimento rico en fibras y bajo en carbohidratos. Esto se asocia a un mejor funcionamiento del tracto intestinal fantástico para que nuestro organismo vaya como un reloj. Más allá de estas fibras dietéticas, en cada bocado de alcachofa va un buen de hierro, calcio y otros minerales y vitaminas que te ayudarán a estar bien.
Aportes al comer alcachofas
Tenemos así las fibras, el ser baja en carbohidratos y citábamos el hierro, otra de las claves que hacen de este alimento uno de los más saludables, especialmente en personas con cierta tendencia a presentar cuadros de anemia. Una porción de 100 gramos de esta verdura puede aportarte en torno al 7% del total del hierro que se recomienda ingerir de manera diaria.
Junto con el hierro, destacan otros minerales, como el potasio, el calcio y el sodio, acompañados de vitaminas, especialmente presente la A. ¿En qué se traduce esto al hablar de beneficios de comer alcachofas? En que estamos ante una comida fantástica para plantar cara al colesterol, uno de los grandes males de salud pública de este siglo XXI. Cuenta con propiedades antioxidantes derivadas de esta composición y son perfectas para sentirse bien.
Alcachofas contra el colesterol
La Asociación Alcachofa España cuenta con varios informes y estudios donde se recogen las bondades de comer alcachofa. Los expertos apuntan que es una verdura altamente indicada para quienes presentan hiperlipidemia –colesterol alto– y es una de esas verduras que contribuyen a la protección del hígado. En cuanto al colesterol, es definitorio el componente que tiene en hierro. Este conlleva efectos procoagulantes que influyen en una menor incidencia de estos diagnósticos.
Se trata de un alimento saludable que es ya de por sí un plus a este respecto. De hecho, suele incluirse en cualquier dieta para tratar la obesidad, el sobrepeso o simplemente para aquellas personas que quieren mantenerse en línea. Muy baja en calorías y ligera, se cocina de muchas maneras y es fácil incluirla en cualquier menú
En cuanto al efecto preventivo que tiene en relación a ciertas dolencias del hígado, el quid de la cuestión radica en que esta verdura es rica en clorogénico y en cinarina. Uno y otro estimulan la producción de bilis en el hígado y es eso lo que echa una mano después para que la versícula biliar proceda al vaciado.
Está claro que estamos ante un alimento magnífico que llega de nuestras huertas. Es un producto que en temporada se cocina bastante y que en gastronomía cada vez se utiliza más. Son saciantes y su efecto depurativo permite combatir la retención de líquidos. Este suele ser otro de los problemas que presentan muchas personas, especialmente ahora que la vida es un tanto sedentaria por el estrés y las obligaciones del día a día.
Dieta de la alcachofa
La dieta de la alcachofa es probablemente de las más célebres que circulan por la red. De hecho, infinidad de caras conocidas han puesto nombre y apellidos a este régimen de adelgazamiento que es efectivo,e so desde luego. Dejando a un lado lo mediático, el caso es que esta dieta de la alcachofa al fin y al cabo lo que trataba era de poner de relieve el valor de esta hortaliza de sabor marcado y cómo incluirla en la alimentación. ¡No debe faltar en tu despensa!
Al fin y al cabo hay que optar por productos que aporten las vitaminas y minerales que nuestro organismo necesita. En el caso que nos atañe, es clave saber lo que tenemos entre manos, que no es más que una verdura maravillosa con infinidad de propiedades nutricionales. Con efectos diuréticos, que ayuda a plantar cara al colesterol, que facilita el buen funcionamiento del hígado… Poco más que añadir, ¿verdad?
Comer alcachofa para luchar contra el colesterol
Llegados a este punto, y tras haber hecho referencia a ello en varias ocasiones, es momento de tratar mejor de qué maneras puede cocinarse la alcachofa. Admite mil y una maneras. Se suele comer el corazón, tras quitar previamente los pétalos externos más duros, los de mayor resistencia. Es algo similar a la lechuga, por ejemplo.
En cuanto a cómo tratarlas en la cocina, se consumen tanto al naturales como en conserva y a los fogones. Con patatas y arroz, en revuelto con arroz, con patatas o con jamón. Su sabor característico siempre aporta a cualquier plato y es interesante tenerla en la despensa para cuando decides qué ponerte a guisar.
Las alcachofas pueden hacerse al vapor, añadiendo hierbas aromáticas para darles un toque distinto. Otra opción es cocinar las alcachofas al horno. Esta verdura se saborea especialmente al ponerles aceite de oliva y una pizca de sal. Tercera fórmula que se utiliza de manera frecuente es hervirlas. Al sacarlas se aderezan con condimentos y se acompañan de otras guarniciones, también de picado de carne y así otras ideas para saborear al máximo este alimento.
La alcachofa podría consumirse diariamente sin que ello suponga problema alguno para el organismo. Sus propiedades diuréticas son fantásticas, tanto esta como el poder disminuir la tensión arterial. Lo importante es ir variando las recetas para no aburrirse y por supuesto combinar con otras verduras, hortalizas y frutas. El objetivo es llegar a esas cinco piezas diarias que recomienda la Federación Española de Nutrición.
Como siempre les recomendamos, combinar la alimentación, siendo sana y equilibrada, con alimentos como la alcachofa, y practicar ejercicio con cierta regularidad. Esto es imprescindible a todos los efectos, tanto para lucir bien por fuera como para que nuestro organismo siga funcionando perfectamente. La actividad física es imprescindible, así que jamás la dejemos de lado.
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