Comprar una vivienda para alquilarla es una de las medidas más buscadas por los inversores en España, pero también se presenta el caso contrario que es cuando un inquilino alquila una vivienda con plena opción a compra. España mantiene un universo de más de 4 millones de viviendas en alquiler, lo que indica que el 25% de la población vive bajo condición de arriendo, mientras que el 71% mantiene propiedad de la vivienda.
El debate eterno de vivir en alquiler o el de comprar el inmueble es de vieja data, por lo que siempre ha existido una opción que va a medias entre ambas modalidades y es la de arrendar la vivienda con opción a compra. Un mecanismo que debes conocer porque implica una alternativa real para acceder a vivienda propia a través del alquiler de la misma. Generando una opción en la cual tendrás beneficios adicionales al ser primero inquilino y posible propietario a futuro.
Vivir en alquiler versus la compra de la vivienda
El acceso a vivienda es un panorama que puede verse complicado debido a multitud de variables como la incidencia de la crisis económica, la inestabilidad del Euríbor como indicador para las cuotas de las hipotecas de vivienda, la falta de una política que incentive al ahorro por parte de los ciudadanos y la negativa de muchos jóvenes a la emancipación. Condiciones que han dificultado en gran medida la inclinación de las personas hacia la compra de vivienda antes de alquilarla.
Además de las duras condiciones y las amplias dificultades y barreras que colocan los banco al momento de canalizar una hipoteca de vivienda, lo que en conjunto ha determinado que muchos vean al alquiler como una de las mejores opciones para vivir. Y que aunque es una alternativa que no está exenta de riesgos, representa en muchos aspectos una de las opciones más convenientes al momento de decidir si comprar o alquilar la vivienda.
Así funciona la opción a compra de un alquiler de vivienda
La modalidad de alquiler con opción a compra funciona maravillosamente bien para aquellos que en un principio gustan de vivir en alquiler, pero quieren tener la oportunidad de adquirir una vivienda en un futuro. Un contrato que está ganando en frecuencia y que muestra signos muy interesantes, gracias a las grandes ventajas que implica para los inquilinos como para los propietarios.
Alquilar la vivienda con opción a compra es una modalidad que funciona a modo de un arrendamiento normal, en el cual el inquilino paga una renta mensual al dueño de la propiedad para acceder a vivir en ella. La diferencia es que existe un plazo predeterminado y acordado entre las partes, en el cual el inquilino puede comprar la vivienda por un precio que se ha establecido previamente.
Es importante destacar que al precio total de la compraventa se debe descontar las cuotas que el inquilino haya abonado durante la duración del alquiler. Es decir, una modalidad hibrida de alquiler que mezcla una compraventa y un alquiler tradicional, una estupenda elección para todos aquellos que no tengan la cantidad de dinero para acceder a una compra de contado. Logrando que el inquilino viva en la vivienda mientras consigue o ahorra el dinero necesario.
Pros y contras del alquiler con derecho a compra
Como cualquier contrato o decisión relacionada con una inversión de vivienda, el alquiler con derecho a compra implica ventajas y desventajas tanto para el inquilino como para el propietario, por lo que es importante analizar esta situación para las diversas partes involucradas, antes de lanzarse a la decisión de llevar a cabo una inversión en una propiedad que involucre a la modalidad de alquilar un inmueble con derecho a compra.
Para el inquilino
El precio de la vivienda será menor porque se descontará un porcentaje de cada una de las cuotas del alquiler hasta el momento que se concrete la firma de la compraventa. Lo que implica que el alquiler no será un gasto, sino una inversión y disfrutar de la exclusividad en la compra de la vivienda. En contraparte, las cuotas del alquiler serán algo más elevadas y los impuestos estarán regidos por doble tributación (alquiler y compra).
Para el propietario
Ya sea que la venta se concrete o no, el propietario siempre ganará y de no concretarse el dueño se quedara con la prima abonada por el inquilino en cada una de las cuotas de las mensualidades del alquiler. Pero el propietario no podrá modificar el precio de venta de la vivienda, inclusive si al momento de la firma el precio está por debajo del precio del mercado.