Comprar o alquilar una vivienda es una inversión que todos quieren alcanzar en la vida y que de cierta manera se logra con diversas tasas de éxito y es que un piso funciona como el refugio al cual las personas delegan las responsabilidades de seguridad y protección para sus familias y para sí mismos. Por lo que tienen que mantener ciertas cuotas de comodidad, belleza, estratégica ubicación y funcionar como una defensa entre el seguro interior y el impredecible exterior.
Esta altísima responsabilidad crea la necesidad de que las personas conozcan cuáles son las condiciones mínimas requeridas para habitar una vivienda, variables que la legislación española gestiona y regula a cabalidad mediante diversas leyes y que incluye desde certificados hasta licencias. Manteniéndose estos requisitos indispensables como un tema de amplia importancia en toda compraventa de vivienda o en aquellos casos en los que se requiera un piso en alquiler.
Las condiciones de habitabilidad de las viviendas
Toda vivienda antes de ser habitada requiere de la plena necesidad de cumplir con una serie de condiciones y requisitos mínimos a través de los cuales garantizar elevadas cuotas de habitabilidad y estas se logran a través del diseño, de la calidad de la construcción y del entorno que rodea al piso. Por lo que toda vivienda está en la obligación de satisfacer las exigencias y necesidades de sus ocupantes y de la sociedad.
Es de máxima relevancia concebir que por vivienda habitable se entiende a todo aquel espacio de construcción que está compuesto por un dormitorio, un baño y al menos otra habitación. Lo que permite delimitar de un modo perfecto y sin rango de error o posibilidad de equivocación, lo que es una vivienda desde el punto de vista legal y que permite establecer si es una construcción que requiere ceñirse y ajustarse a la necesidad de los requisitos mínimos para ser habitable.
El certificado de habitabilidad de la vivienda
Se trata de un documento que expone y que certifica que la vivienda es capaz de cumplir con los mínimos requisitos para ser habitada de un modo seguro y bajo las condiciones adecuadas. Es un documento que requiere de renovación cada cierto periodo de tiempo (10 o 15 años) y que es de carácter obligatorio en muchas Comunidades Autónomas al momento de la venta de la vivienda.
La tramitación del certificado de habitabilidad
Se requiere del visto bueno de un técnico capacitado, que avalará los informes de inspección que se entregan a la administración de cada Comunidad Autónoma y donde se determinará si el inmueble es apto o no para ser habitado. Es posible conocer el estado actual del certificado de una vivienda con solo acudir al Ayuntamiento y solicitar el estatus de la cédula de habitabilidad presentando el DNI del dueño y una copia de las escrituras del inmueble.
Las licencias de primera y segunda ocupación
Las licencias de primera y segunda ocupación van en la misma dirección que la cédula de habitabilidad, pero son trámites autónomos en los cuales existen variaciones que tienen que ver con el tipo de vivienda y con las leyes individuales de cada Comunidad Autónoma. La licencia de primera ocupación es la encargada de acreditar y dar fe del cumplimiento de las condiciones mínimas creadas para las obras de construcción, respetando los ámbitos de seguridad, urbanismo y ambiente.
Este requisito aplica para las obras nuevas y de primera entrega y mantiene una vigencia de 25 años en promedio y es importante reconocer que la licencia de primera ocupación en ciertas comunidades sustituye a la cédula de habitabilidad. Mientras que la licencia de segunda ocupación es un trámite que implica a las viviendas antiguas o a aquellas que han sufrido rehabilitaciones y mantiene una vigencia que puede ir de los 10 a los 15 años.
Los requisitos mínimos para que una vivienda se considere habitable
Aunque los requisitos de habitabilidad de una vivienda y por regla general de todo inmueble varían de una Comunidad Autónoma a otra, la gran mayoría pueden establecerse bajo los siguientes criterios o rangos de carácter general. Todos ellos para garantizar que la vida dentro de la propiedad sea segura y plácida para sus ocupantes.
Toda vivienda debe mantener un baño que tenga la capacidad de ser independiente y con inodoro, lavabo y ducha; todas las habitaciones deben recibir luz natural a excepción de los pasillos, los baños y los recibidores. Además, se tiene que contar con una cocina, acceso a agua fría y caliente; así como suministro de electricidad e instalaciones para la lavadora y sistemas de telecomunicaciones; sin olvidar que la ventilación debe ser a través de las ventanas.