Hoy en día, uno de los electrodomésticos más usados en casas de todo el mundo es la secadora de ropa, de hecho, algunas personas no conciben realizar la colada sin secarla después en ella para ahorrar tiempo y prevenir la aparición de mal olor en la tela tras su limpieza, en especial en las épocas más frías del año en la que no se pueden tender las prendas en el exterior.
Sin embargo, a pesar de que es tan frecuente su presencia en casi cualquier hogar, no se aprovechan sus funciones de manera idónea y se cometen errores frecuentes que afectan el estado de los tejidos y la vida útil de la máquina Si no quieres que esto te suceda, toma nota de estos trucos para secar ropa en la secadora correctamente, dismunir arrugas, cuidar del aparato y ahorrar en el consumo energético.
9 consejos a seguir para utilizar bien la secadora
Sin lugar a dudas la secadora es una aliada muy útil en localidades con climas húmedos o durante el invierno, ahora bien ¿Estás plenamente seguro/a de que le sacas el máximo provecho? Si quieres evitar sorpresas —de las desagradables— en la factura de luz y lograr mejores resultados en menos tiempo, apunta estos hacks:
- Selecciona la temperatura adecuada para el tipo de tela: Cada fibra de tejido amerita un cuidado especial, en especial si se trata de telas delicadas como la lana, lino o la seda. Revisa la etiqueta y observa la temperatura máxima que admite. Por ejemplo, la lencería y tejidos naturales delicados se secan con calor bajo, la sintética (poliéster y similares) a calor medio y las toallas, ropa de cama, jeans y uniformes de uso diario, con calor alto.
- Aprovecha los ajustes y ciclos: Si tu secadora es un poco avanzada, verás en ella diversas opciones para secar la ropa, por ejemplo, lista para guardar o planchar, para telas delicadas e incluso un ciclo especial antiarrugas que inyecta vapor al final para combatir las arrugas y no tener que plancharla.
- Seca con cargas completas: Cuando la pongas a funcionar, no seques prendas por separado si no es necesario. Por el contrario, haz una carga completa para que el consumo de energía sea más eficiente.
- Evita la sobrecarga: Este es un error bastante frecuente, y es que la ropa necesita airearse y moverse para que pueda secarse más rápido y no se arrugue en el proceso. Recuerda: cargas completas ¡Pero sin exagerar!
- No añadas prendas empapadas a una carga casi seca: Si se te ha olvidado añadir una pieza y la introduces en la secadora cuando el resto en el interior estaba casi totalmente seco, se puede alterar el detector de humedad del aparato y que el tejido no se seque como debería. Los profesionales en el área recomiendan dejar libre un 20% del tambor sin llenar.
- Divide la ropa de acuerdo al peso: Las más livianas se secan más rápido, mientras que las pesadas se demoran un poco más. De esta manera, previenes que el peso aplaste las prendas ligeras y las arrugue accidentalmente.
- Olvídate de meter lentejuelas, goma, espuma, perlas o cualquier prenda con estos objetos decorativos, ¡se estropearán por completo!
- Haz un mantenimiento habitual a la secadora: Limpia el filtro tras 6 ciclos y el condensador de agua cada 10 a 12 ciclos (ubicado en la zona inferior izquierda), así te aseguras que la corriente de aire fluya correctamente y funcione a su máxima potencia. Actualmente, la mayoría de los fabricantes incorporan sistemas de autolimpieza en sus modelos más avanzados.
Esperamos que estas recomendaciones sean de utilidad y que tus prendas salgan impecables y sin arrugas la próxima vez que quieras lavarlas. No olvides que no solo se trata de preservar el estado de las telas, sino también de cuidar el electrodoméstico y que no se eleven las facturas de luz. ¡Es un ganar-ganar!