Todos hablan de la inversión en el sector vivienda y de la rentabilidad que es capaz de lograr en la actualidad, de las inmensas oportunidades que hoy día España ofrece para que las personas comunes y los inversionistas puedan generar ganancias a través del sector inmobiliario. La Ley de Vivienda también está en primera plana con sus nuevas normas y cambios que el gobierno establece como prioritarios para la protección de este sector.
Pero hay que ser cauteloso y cuando se trata de tu dinero mucho más aún, lo que dirige la mirada directamente a todos aquellos que quieran invertir en una vivienda de alquiler y que en efecto requieren de la mejor protección posible ante los impagos y los inquilinos morosos. Y nada mejor que el seguro de impago de alquiler, un instrumento básico para garantizar que el propietario pueda seguir disfrutando de la renta del alquiler ante un problema.
El seguro de impago de alquiler de vivienda
Las ventajas de esta protección son innegables y ampliamente beneficiosas desde todos los puntos de vista, porque un seguro de impago de alquiler es capaz de ofrecer una excelente garantía para que las rentas no dejen de fluir en las fechas pautadas y para que el inquilino y el propio dueño de la vivienda puedan estar tranquilos ante muchas situaciones.
Y es que este seguro puede llegar más allá del simple hecho de la cobertura ofrecida para las cuotas mensuales, porque es común que puedan ofrecer protección extendida hacia otras áreas de la vivienda arrendada. Como por ejemplo protección contra daños a la estructura del inmueble o contra actos vandálicos o accidentes causados por infinidad de causas.
La definición de seguro de impago de alquiler de vivienda
La explicación más sencilla es que se trata de una póliza para la protección ante una casual falta en el pago del arriendo por parte del inquilino, además de conseguir cubrir otros tipos de riesgos relacionados con el arrendamiento de una vivienda. Es decir, un seguro que además de garantizar protección ante impagos, es capaz de entregar cobertura para la reparación de posibles daños a la vivienda en casos de vandalismo, una situación muy común en las casas alquiladas.
Además de ello, también es capaz de cubrir muchos de los gastos jurídicos implicados en cualquier proceso de reclamación o de problemas entre el dueño y el inquilino por la vivienda alquilada. Y una cobertura que permite asesoría jurídica, la cual en estos casos es compleja y necesaria y por sobre todo ampliamente permisiva y con una inclinación a favorecer a los inquilinos.
Contratando con éxito un seguro de impagos de alquiler
En la actualidad es sumamente sencillo contratar un seguro de este tipo y es que al igual que con infinidad de pólizas, es un procedimiento que puede llevarse a cabo de modo remoto, ya sea mediante el uso de internet o por vía telefónica. Dentro de los trámites más valorados está el de la viabilidad de la solvencia del inquilino, con la firme intención de tratar de anticipar las posibilidades reales de impago por parte del arrendatario y calcular este riesgo con precisión.
Las ventajas de un seguro de impago de alquiler
La más evidente de ellas es la de responder por el cobro del alquiler de la vivienda cuando el inquilino deja de pagar, pero con otras ventajas de máxima importancia como el estudio de viabilidad, mediante el cual tener una gran claridad sobre las posibilidades de solvencia del arrendatario y así lograr un efectivo descarte de todos aquellos que no cumplan con los requisitos mínimos.
La asesoría jurídica sobre los procedimientos a ser adoptados en caso de producirse el temido impago, siempre dentro de lo establecido y de lo permitido por las leyes actuales. Una situación de gran peso ante la posibilidad de un desahucio, ya que se garantiza el debido proceso y las actuaciones realizadas, así como la requerida constancia del envío de las notificaciones.
¿Cuánto cuesta un seguro de impago de alquiler?
Por regla general, los precios de este tipo de pólizas están en el rango de moderados, además de mantener unos costes que están especialmente anclados a la duración del contrato y al importe de la renta de la vivienda. Pero a modo de ejemplo, y desde el punto de vista orientativo, es posible que pueda situarse en un 5% del importe total de la renta a ser percibida por el periodo de tiempo de contrato del seguro.