Son muchos los factores que intervienen para que un inquilino incumpla en el pago del alquiler de la vivienda que tiene arrendada bajo su responsabilidad, a esta situación se le conoce como impago de alquiler y puede desembocar en acciones legales por parte del propietario de la vivienda. La más común es la solicitud de desahucio o desalojo, un procedimiento legal que puede complicarse y extenderse en el tiempo debido a que implica un juicio.
Conocer el debido funcionamiento del juicio por desahucio de vivienda es de gran valor tanto para los propietarios como para los inquilinos, un procedimiento que permite la recuperación de la vivienda arrendada cuando se produce un impago en el alquiler. Pero que evidentemente está anclado a un procedimiento legal y que por ende implica ciertas complicaciones desde el preciso momento en el que el inquilino deja de pagar las obligatorias rentas.
El proceso de juicio por desahucio de la vivienda
Los juicios de desahucio están regulados por la Ley de Enjuiciamiento Civil y en específico por el artículo 250, donde se busca controlar el debido proceso de procesamiento judicial relativo al desahucio. Un proceso judicial gracias al cual el arrendador puede hacer efectiva la recuperación de la vivienda arrendada cuando el inquilino ha dejado de pagar las correspondientes cuotas acordadas con antelación en el contrato de arrendamiento de vivienda.
Iniciar un juicio por desahucio requiere del cumplimiento previo de algunos requisitos y el principal es el impago por parte del arrendatario de las cuotas o rentas acordadas en el contrato de alquiler de vivienda o en su defecto el incumplimiento de alguna de las cláusulas establecidas en dicho contrato. Recordando que es posible llevar a cabo el juicio de desahucio sin existir un contrato, además de ser obligatoria la intervención de un abogado y de un procurador.
El juicio de desahucio de vivienda y sus causales
Aunque se crea lo contrario, los juicios por desahucio no siempre involucran como causa justificada al impago del alquiler de la vivienda arrendada y es que en muchos casos se desarrollan por incumplimiento del contrato o por la simple finalización del mismo. Cuando se trata de una falta por impago, el dueño puede iniciar el proceso para lograr recuperar de inmediato el inmueble, pudiendo solicitar el pago de toda la deuda acumulada por impagos.
Cuando se trate de una finalización del contrato y el inquilino no quiera abandonar el inmueble, se demandará, además del abandono de la vivienda y de las cuotas no pagadas, una indemnización por los daños y perjuicios causados al propietario por la imposibilidad de lograr ofrecer nuevamente la vivienda en alquiler y en el caso de alguna duda documental es importante la presencia de un perito caligráfico que pueda esclarecer los documentos manuscritos.
Cuando el inquilino subarrienda la vivienda también está incumpliendo el contrato establecido por las partes al inicio de la relación propietario – inquilino, por lo que es posible dar inicio al proceso de juicio por desahucio. Una práctica muy común en aquellas zonas catalogadas como vacacionales y donde el subarrendamiento de la vivienda puede producir buenos beneficios económicos para el inquilino, aunque evidentemente infringiendo la Ley.
La reclamación en el juicio por desahucio
El propietario o arrendador puede reclamar el abandono de la vivienda por parte del inquilino o el pago de las rentas atrasadas, lo que podría desarrollarse sobre un par de supuestos: en el primero de los casos es posible la recuperación del inmueble de un modo inmediato para después iniciar el proceso de recuperación de las rentas adeudadas. Mientras que en el segundo caso es posible reclamar ambas situaciones al mismo tiempo.
La duración del juicio por desahucio
La duración concreta y exacta para un juicio por desahucio no existe y es que cada caso particular está sujeto a diversas variables y condiciones que en definitiva determinarán la efectiva duración en el tiempo de este procedimiento judicial. Pero más allá de las precisas particularidades de cada caso, es posible estimar mínimos de seis meses desde el comienzo del proceso y si hablamos de un desahucio exprés los tiempos estarían en el orden de los tres meses.
Pero evidentemente existen maneras eficientes de ahorrar o de disminuir los tiempos y una de ellas es que la notificación del juicio por desahucio puede ser entregada por el propio arrendador, con la finalidad de evitar los lapsos procesales de los juzgados, los cuales por exceso de trabajo generalmente son lentos y permiten extender la duración de cada uno de estos procesos necesarios para lograr dar como iniciado el juicio por desahucio de vivienda.