Se ha demostrado que desde el inicio de la pandemia del COVID-19, los hábitos de limpieza se han intensificado en muchos hogares con el fin de mantener a raya este virus que afectó la salud (física y mental) de la población mundial. Sin embargo, a pesar de la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a la higiene, quizás no sea tan beneficioso dejar la casa tan, pero tan limpia.
No es una sorpresa que las superficies desinfectadas reducen el riesgo de enfermedades infecciosas, no obstante, un error común es confundir el aseo acérrimo y obsesivo con la óptima higiene. Sigue leyendo y entérate cuáles son las razones por las que no es bueno tener tu casa extremadamente limpia.
Limpiar demasiado la casa: ¿Es bueno o malo?
Sally Boomfield (profesora en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y experta en investigación y educación sobre higiene del hogar), ha expresado que hoy en día somos “demasiado limpios” y que una gran cantidad de reacciones alérgicas se ocasionan por la obsesión moderna por la limpieza. Un ejemplo de ello es fregar a diario el suelo o lavar el baño varias veces al día para protegerse de los gérmenes y no centrarse en adoptar prácticas inteligentes para prevenir enfermedades y evitar la suciedad. Otros de los datos recopilados por esta académica fueron los siguientes:
- Limpieza e higiene no son lo mismo, y más allá de hacer que una estancia luzca impoluta, hay que cuidarse de microorganismos dañinos como la norovirus, la salmonela y los causantes de gripes.
- La higiene son hábitos diarios y constantes en momentos clave (como lavarse las manos tras tocar a las mascotas o usar el baño, limpiar bien la tabla de cortar después de picar alimentos crudos o mantener limpio el fregadero y el inodoro), no una tarea exhaustiva que se realiza una vez a la semana.
- Al nacer tenemos un sistema inmunológico que debe programarse entrando en contacto con microorganismos y alérgenos, de lo contrario, la susceptibilidad del niño ante alergias y enfermedades será mayor.
Alergias y asma por tener la casa muy limpia
Asociar limpieza con higiene es una equivocación habitual en todo el mundo, no obstante, diversos epidemiólogos han tratado de atacar esta hipótesis argumentando que la exposición temprana de niños a gérmenes y microbios contribuye a desarrollar su sistema inmunológico, protegiéndolos de alergias, asma y problemas infecciosos.
Factores como prescindir de las vacunas pertinentes, la higienización exagerada de superficies en el hogar, la reducida interacción con el entorno natural, animales y la deficiente exposición a organismos no infecciosos (presentes desde hace miles de años en la historia de la evolución humana), en realidad evita que se prepare el sistema inmunitario para mantenerse saludable y firme ante el ataque de microbios, alérgenos de alimentos o simplemente al polen.
Un claro ejemplo de ello son los niños que crecen en granjas o en casas con jardín y se exponen a más microorganismos. Sufren menos alergias, asma o enfermedades autoinmunes. Vamos, que no quiere decir que los infantes deban comer tierra y gusanos mientras juegan, ¡pero tampoco deben vivir en una caja de cristal!
Para resumir: Si bien es esencial limpiar, evitar alérgenos, hongos y malos olores en casa, todo en exceso es contraproducente, sí, incluso el aseo del hogar. Las principales fuentes de patógenos no están en sitios “sucios”, sino en lo que comes, los utensilios como los que limpias, las mascotas mal cuidadas y otras personas infectadas. ¡Combate lo que de verdad importa!