Recibir una vivienda en herencia puede convertirse en una salvación económica para muchos y en serias complicaciones para otros, por lo que aceptarla implica pensar con cautela cada una de las posibles implicaciones de una decisión que puede afectar el futuro económico inmediato, tanto para bien como para mal. Sobre todo cuando el difunto haya tenido deudas pendientes al momento de su muerte, porque estas deudas afectarán de forma directa a la herencia.
¿Cómo sortear este riesgo? Los expertos recomiendan encarecidamente descartar la aceptación de la herencia de forma simple y pura para evitar el embargo del legado. Obligando a los herederos a asumir los derechos totales de las obligaciones que la cosa heredada conlleva, y entre ellas están las deudas adquiridas por el fallecido con los acreedores. Por lo que la vivienda heredada puede perfectamente estar atada a una serie de deudas y con acreedores dispuestos a actuar.
Protegiendo a la vivienda heredada
¿Y cómo se puede sortear este riesgo, que puede llevar al embargo del legado?, los expertos recomiendan descartar la aceptación de la herencia de forma pura y simple, que obliga a los herederos a asumir tanto los derechos como las obligaciones que la herencia conlleva, entre ellas, las deudas adquiridas por el fallecido con sus acreedores.
Los expertos explican que un heredero no puede renunciar a su herencia en favor de otra persona, pero cómo actuar frente a una herencia que incluya a una vivienda con deudas tan elevadas que los beneficios pueden perfectamente mermar la herencia e incluso en muchos casos embargarla. Y además de ello, la posibilidad de tener que afrontar la deuda con bienes propios y sin limitaciones.
La opción de vivienda “a beneficio de inventario”
Cuando el futuro heredero no conoce a fondo la situación económica del fallecido y se mantienen dudas razonables sobre el contenido del inmueble en herencia, la mejor forma de enfrentar esta situación es la llamada “a beneficio de inventario”. Una situación en la que el heredero solo responderá a las deudas con los bienes recibidos en el legado y no con los suyos, una figura jurídica poco conocida y poco usada, pero de una maravillosa ayuda en estos casos.
Esta modalidad solo se puede llevar a cabo ante notario, una decisión basada tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Jurisdicción Voluntaria, una mejora en la facilidad de hacer este procedimiento, que anteriormente requería de un procurador al ser un procedimiento judicial asistido. Hoy día es la única fórmula que permite evitar heredar deudas y sufrir embargos de los inmuebles heredados, por la sencilla razón de que desliga el patrimonio hereditario y solo se responde a las deudas del fallecido con los bienes heredados y solo hasta la cantidad que es recibida en perfecta herencia.
La importancia de contratar un experto
La asesoría externa y privada es fundamental para la correcta conservación del patrimonio de los herederos ante una herencia, un abogado experto en herencias puede verificar si existen deudas o avales involucrados con el inmueble heredado, así como el importe de estos y las cantidades pendientes a ser pagadas. Una alternativa sencilla, rápida y eficaz para verificar si la vivienda heredada sufre de alguna deuda o si, por el contrario, está libre de gravámenes.
La solución de la renuncia
Cuando las deudas son superiores al valor del inmueble o de la propiedad heredada, una de las soluciones es la renuncia a la misma, es importante antes de tomar esta drástica decisión llevar a cabo un análisis pormenorizado de los bienes y los derechos involucrados en la herencia. Así como un óptimo balance de las deudas, sus importes, el tipo de deudas y por supuesto el valor del inmueble, con la firme intención de evaluar si vale la pena aceptar o rechazar la herencia.
Esta información es posible conseguirla mediante una solicitud de un informe de riesgos al Banco de España, un trámite que resulta gratuito y repleto de gran sencillez y que permite verificar por sí mismo si el inmueble tiene deudas pendientes con el banco. Además, es posible indagar en los juzgados para constatar si existe algún tipo de procedimiento en curso con relación a la persona fallecida.