Son muchos los que, cuando duermen en un buen hotel, se preguntan qué tiene esa cama para que se descanse tan bien en ella. E incluso pagarían lo que hiciera falta para tener una igual en su casa. La respuesta es sencilla: lo que necesita es un topper o sobrecolchón y, por suerte para la gran mayoría, su precio no es muy elevado, oscilando entre aproximadamente, los 100 y los 400 euros, dependiendo del material en el que estén fabricados.
Y es que, por mucho que tengamos un colchón elegido a conciencia tras haber examinado un buen número de ellos, almohadas de la mejor calidad, sábanas de los mejores materiales, cojines mullidos que además de color y estilo, ofrecen confort y unos nórdicos o mantas que hacen que nunca se quiera salir de la cama, hay veces que no es suficiente. Como dirían muchos, «sí ,pero no». Y es que, claro, se ha dejado fuera un elemento más importante de lo que se cree: los toppers para el colchón.
¿Qué es un topper?
También llamado sobrecolchón o colchoncillo, el topper puede mejorar de forma asombrosa la comodidad de tu cama. Se trata de una especie de colchón fino, de entre 4 y 10 cm de altura, que se coloca sobre el colchón para conseguir diferentes objetivos. Por un lado, protege el colchón de la suciedad, pues con él tendrás una capa extra, más o menos gruesa, entre el colchón, la ropa de cama y tu cuerpo. Además, puede complementarse con otros accesorios de protección como protectores y fundas de colchón.
Por otro lado, evita el desgaste del colchón, pues, a la vez que sirve de barrera para líquidos y suciedad de todo tipo, el topper evita que el colchón se raye, se hunda o se dañe, alargando su vida por mucho más tiempo. Destacar también que este sobrecolchón hace que dormir sea mucho más confortable, pues te permite personalizar tu colchón de forma fácil, simplemente eligiendo un topper con la firmeza que estés buscando.
Es muy importante distinguir entre topper (o sobrelchón) y cubrecolchón. Mientras que el topper tiene entre 4 y 10 cm de grosor, un protector o cubrecolchón es un complemento mucho más fino, parecido a una sábana gruesa ajustable, que tiene la misión de cubrir el colchón parcial o totalmente para protegerle de la suciedad y de microorganismos perjudiciales para la salud. El topper añade además una gran dosis de confort, tanto que puede hacer que parezca un colchón nuevo o diferente por su nueva textura, firmeza, etc.
Tipos de toppers
Los toppers son tan variados como los tipos de colchones y pueden ofrecerte justo lo que buscas y deseas para tu cama. En el mercado pueden encontrarse toppers de fibra, de pluma, viscoelásticos, de látex y estos a su vez con propiedades antialérgicas, con aloe vera, con extra de confort, hipertranspirable, etc. Los topper también pueden llevar su propia funda lavable, si te preocupa la higiene de este complemento del colchón. Sus precios van desde los 100 hasta los 400 euros aproximadamente en función de sus propiedades.
Por ejemplo, los topper de fibra son de tacto suave y agradable, muy transpirables y especialmente recomendados para aquellas personas que tienden a sudar en la cama. En cambio, los de plumas son ideales para los que busquen los tejidos y rellenos naturales. Son muy transpirables, tremendamente suaves y de tacto delicado, sin duda de los más confortables. Los topper de látex son transpirables, hipoalergénicos y duraderos. El látex tiene la cualidad de recuperar su forma original una y otra vez, evitando que el producto se hunda por alguno de sus lados.
Y por último, está la opción del topper viscoelástico es perfecto si se quiere personalizar la firmeza del colchón, pues los hay de diferentes durezas y se adaptan perfectamente a la forma de tu cuerpo, puesto que la espuma viscoelástica reaccionará al calor de tu cuerpo y se adaptará a tu forma, lo que, según los fabricantes, ayuda a aliviar el dolor en las articulaciones. Además, en el mercado también encontrarás otros toppers elaborados con materiales más naturales, como la lana o el algodón, estos últimos los más económicos.
Cuidados del topper
Un sobrecolchón es una capa adicional, y como tal te brindará cierto grado de protección contra las manchas y el desgaste del colchón pero, probablemente, no sea impermeable, y claro, puede sufrir directamente esas manchas y desgaste. Para proteger el topper, al igual que haces con el propio colchón, tendrás que utilizar un protector de colchón que sea extraíble y lavable, pues si bien algunos cubrecolchones son lavables, en otros de materiales naturales de alta gama solo se limpian las manchas. Consulta siempre las instrucciones del topper antes de lavarlo para comprobar si puedes meterlo en la lavadora.
Por último, destacar que, por mucho confort que pueda aportar el topper, si tu colchón ya está hundido, los muelles están dañados o se ha ablandado mucho con el tiempo, es posible que no aporte mucha diferencia. En este caso, esta claro que sólo tienes una posibilidad de solucionar tu problema: comprar un colchón nuevo.