La declaración de la renta es una obligación para todos los ciudadanos y por supuesto incluye a los propietarios de vivienda, pero el hecho de tener una o varias viviendas implica consecuencias directas en la manera en que Hacienda te obliga al pago de los tributos. La tributación de las viviendas va más allá de la casa que habitas y esto se debe a que literalmente tienes que incluir todo el patrimonio del cual dispones.
Cualquier tipo de inmueble debe incluirse en el proceso de tributación y esto incluye un piso en la ciudad, una casa de campo, una finca rústica o una vivienda vacacional en las cercanías de la playa. Sin importar si se están recibiendo beneficios económicos o no por parte de la propiedad, lo que genera un estricto control que incluye a la llamada Imputación de Rentas Inmobiliarias, es decir, los impuestos anclados a aquellas viviendas que no son consideradas residencia habitual.
La tributación relacionada con la segunda vivienda
La Imputación de Rentas Inmobiliarias implica una serie de requisitos especialmente explicados en la página web de la agencia tributaria, estos requisitos tienen que darse para que se logre llevar a cabo la tributación. Uno de ellos tiene relación directa con el hecho de que se requiere que sean bienes urbanos sin relación con actividades económicas, además de ser construcciones que no interfieran en el desarrollo de actividades ganaderas, forestales y agrícolas.
También es imprescindible que no exista generación de ganancia patrimonial y por supuesto que no sea la vivienda habitual del contribuyente, pero aún existen un par de requisitos adicionales y se trata de que no deben existir inmuebles en construcción y de que el terreno no sea un terreno baldío, es decir, que no se trate de un terreno no edificado. Si el inmueble cumple con todos estos requisitos, entonces podrás aplicar sobre él la Imputación de Rentas Inmobiliarias.
Los pagos en la tributación para este tipo de viviendas
Una vez conocida y analizada toda esta información, es importante verificar cuánto se paga por una vivienda donde no se vive habitualmente, es decir, por la segunda vivienda. La Ley es precisa mediante la Agencia Tributaria al establecer desde el 2015 que se pagará por regla general un 2% del valor del inmueble para todas aquellas viviendas que estén catalogadas como viviendas no habituales.
Aunque con evidentes excepciones en las cuales es posible que el valor de la imputación sea de del 1,1% del valor catastral, esta variable aplica perfectamente para todas aquellas propiedades en la cuales se ha visto modificado o revisado el valor catastral después de 1994 y en segunda instancia para aquellos inmuebles en los cuales no se haya hecho efectiva una notificación al contribuyente sobre el valor catastral de la vivienda.
La tributación de la vivienda bajo otras condiciones
Cuando se opta por alquiler o por cesión de la propiedad, las cosas pueden cambiar un poco y es que existen diversas realidades, por ejemplo, que la vivienda se haya alquilado durante una parte del año, entonces se debe calcular a través de un prorrateo para establecer el tiempo que realmente estuvo a cargo de sus propietarios. Lo que indica que solo se debe tributar a Hacienda el tiempo que estuvo generando rentabilidad a sus titulares.
En el caso de que el dueño haya cedido la vivienda temporalmente y sin coste alguno a algún familiar, un caso en el que el inmueble pasara directamente a la vía de Imputación de Rentas Inmobiliarias. Pero en el hipotético caso de que el familiar corra con los gastos derivados de la propiedad, entonces el panorama es completamente diferente y no se considerará una cesión gratuita, por lo que tributará como un rendimiento de un capital inmobiliario.